Nuevas Reglas

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* FLASHBACK*

Mamá si volviste —corrí a ella para abrazarla después de no verla por 3 días.

Claro que iba a volver niña, pero ahora no puedo abrazarte aún me siento mal.

Oh! Lo siento mucho mamá.

No es tu culpa pequeña, es solo que mamá está algo cansada por tu pequeña hermana —papá ahora estaba arreglando la situación.

Puedo ver a mi hermana?

Claro que no, tu hermana ahora necesita muchos cuidados y lo que menos necesito ahora es que tu la molestes.

Pero mamá prometo no molestarla, solo quiero verla.

Qué no niña entiende y vete a tu habitación.

No entendía porqué mi madre estaba siendo tan mala conmigo ya que ella siempre amaba pasar todo momento conmigo, pero ahora parecía que ya no quería estar ni siquiera cerca de mí. Tomé mi muñeca y corrí con lágrimas en los ojos hasta mi habitación. Me recosté y mis ojos se comenzaron a cerrar.







Los rayos de sol comenzaron a molestar en mis ojos y desperte de aquel viejo recuerdo. Instantáneamente un dolor fuerte llegó después de que intentará moverme. Recordé todo lo que había sucedido unas horas atrás, por lo que rápido intente levantarme pero me fue inútil ya que tanto mis muñecas como mis tobillos estaban amarrados a la cama. Recordé al chico de la máscara, al cuál me presentaron cómo el verdadero Brahms, recordé el momento en que me sujetó del brazo solo para estrellarme contra el espejo. Mi corazón latía demasiado rápido y es que de solo volver a pensar en todo lo sucedido me hacia perder mi cordura. Un ruido llamo toda mi atención, era mi puerta que se abría para que poco despues la señora entrara con una grande bandeja en sus manos.

—Buenos días señorita —dejo aquella bandeja aún costado de mí y podía observar que eran alguna herramientas para curar las heridas que su propio hijo provocó. Lamentó que Brahms actuará de esa forma pero tiene que entender cual fue su enojó.

—Está loca de verdad ‑intenté moverme pero era totalmente inútil—. No me voy a quedar con ese maldito loco.

—Le recuerdo que usted ya acepto ser la niñera de Brahms —tomó un algodón, lo paso por mi frente y causó un ligero ardor.

—Yo no soy niñera de ese loco y escuché bien lo que diré —moví mi cabeza para que me dejara y la miré directo a esos ojos que dejaba notar todo el cansancio que acumulaba—. Voy a escapar de aquí de una o de otra forma.

—Usted cree que puede asustarme con eso? ‑rapido se levanto y poco a poco comenzó a recorrer toda la habitación‑. En esta mansión he vivido cosas peores por 28 años y ustedes cree que una simple amenaza me va hacer tener miedo?

—Todos ustedes están locos.

—No señorita, simplemente somos diferentes y ahora si me permite tenemos que ir nos.

—Señora Heelshire no puede dejarme así.

‑Por eso ‑señaló mis manos—. No sé preocupe, Brahms vendrá por usted.

—Usted sabe que no me refiero a las manos, simplemente no pueden dejarme sola con el.

—Señorita ya aceptó hace días su trabajo de niñera.

Beso De Buenas Noches Donde viven las historias. Descúbrelo ahora