Una chica nueva llega a la mansión Heelshire, después de que pasara un mes de aquella noche donde Greta había logrado escapar.
Ella llega emocionada al saber que tiene una oportunidad para olvidar el terrible accidente que la atormenta. Llega con l...
"Esto hubiera sido mejor si jamás me hubieras conocido"
Era todo lo que podía recordar, no había más que algunos recuerdos borrosos.
—Me caí? —lo miré confundida, mientras veía los vendajes en mi cuerpo.
—Sí, te caíste —Brahms se sentó al lado de mí y me abrazó con mucho cuidado—. Lamentó lo que pasó.
—Está bien, no pasó nada —intenté tomar su mano, pero Brahms se levantó de inmediato.
—Ahora entiendes porqué dije lo de antes?
—No me pasó ésto por lo que tu dijiste!
—Cómo puedes estar segura, cuando no recuerdas nada?
—Brahms mira ahora no recuerdo mucho, pero.
—No! Vanesa.
—Vas a continuar así Brahms?
—Sí me alejó de ti es porque cada que estoy contigo algo sale mal.
No sabía que responder, así que Brahms salió dejando la puerta abierta. Tenía que descansar de todo ésto, quería estar tranquila por un instante, sentir esa calma pero con este ambiente me era imposible. Brahms volvía a creer que todo lo malo era por su culpa, algunas cosas eran así pero mi intención era hacer que Brahms aprendiera a solucionar las cosas de una manera donde ambas partes ganen; no la de "me alejó para no hacer daño" al final del día ese daño lo seguiría haciendo a más personas. Lo único que provocaba era que las personas se alejaran de él, si quería vivir una mejor vida fuera de aquí tendría que aprender a mejorar eso. Por alguna extraña razón, el seguía recordando a las personas que lo dañaban; era cómo si quisiera vivir castigado recordando solo lo malo.
Los días estaban pasando y yo me sentía un poco mejor. Las conversaciones con Brahms eran solo para responder un "sí" ó un "no" pero solo éso. Dormía en mi habitación sentado en una silla, mirándome toda la noche sin decir absolutamente nada, únicamente parecía estar perdido en su cabeza. En algunas noches fingía estar dormido para observar su comportamiento, para mi sorpresa sólo se acercaba hasta mí para tocar mí rostro y después simplemente salía de la habitación.
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Sabía que lo que había entre nosotros ahora se había encerrado, Brahms había encerrado todos los sentimientos y ahora yo era la que tenía que asegurarme de mantener la puerta cerrada. Que si me dolía? Pues claro que era evidente mi dolor, cada que su aroma llegaba hasta mi olfato, cada que el calor de su cuerpo tocaba mi piel, cada que su voz pronunciaba mi nombre; claro que estaba muriendo de dolor por dentro. Pero talvez era lo mejor para él.
El sonido de la puerta me hizo acomodar mi cabello.
