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—Ya puedes pasar.

—Puedes sentarte aquí —le señale un banco de madera.

—Quieres que me quite la ropa?

—No, bueno si quieres puedes quitarte tu camiseta.

Me giré porque no sabía si el estaba cómodo así conmigo, una vez que lo escuche diciendo que estaba listo me acerqué hasta el. Estúpidamente volví a ponerme roja de la cara, intenté no mirar a otra parte que no fuera su rostro así que me concentré en lo mío.

Después de un rato había terminado y a decir verdad Brahms se veía más cómodo.

—Gracias.

—De nada, ahora voy a salir para que te puedas bañar cómodamente.

Cerré la puerta detrás de mí, me recosté en la cama pensando que ropa podría ponerme. Después de un rato comencé a buscar mi ropa, tenía que ser algo cómodo y que me mantuviera caliente ya que Brahms tenía toda la razón en decir que el clima era demasiado frío. 

"Brahms"

D

esde esa noche que Brahms plantó un beso en mí no puedo sacarlo de mi cabeza y es que para mi es algo estúpido pensar en el de una manera diferente cuando a penas estoy conociéndolo. Pero simplemente tenerlo demasiado cerca de mí me hace sentir algo y aún más cuando miro esos ojos tan hipnóticos.

Aun teniendo esa cicatriz en su rostro se veía demasiado apuesto, un chico apuesto pero con muchos problemas.

"Los Heelshire" ya ha pasado más de un mes y no he sabido nada de ellos. No quisiera creer que ellos abandonaron a su hijo de esta manera pero el hecho que no se pongan en contacto con nosotros ya es algo sospechoso.

—Y si realmente lo abandonaron?

De nuevo mi cabeza estaba comenzando a estar en la misma situación del principio, muchas preguntas y ninguna respuesta que ayudará.

"Está casa será sólo para Brahms y usted"

"Suerte señorita y de nuevo lo siento tanto"

"Esperó que algún día ambos puedan perdonar todo el daño"


Las últimas palabras de la señora Heelshire pasearon por mi cabeza, talvez si era una despedida para siempre. Seguramente sólo estaban esperando que una chica ingenua se quedará con este trabajo, para que ellos al final pudieran escapar del infierno que ellos mismos crearon.

—Vanesa! Puedes venir.

Los gritos de Brahms me hicieron levantarme rápido.

—Puedo pasar? —toqué la puerta antes de entrar, no quería llevarme una sorpresa.

—Si.

Aun con su respuesta decidí cubrir mi rostro y dando pasos pequeños entré al baño.

—Tranquila, puedes quitarte las manos de los ojos.

—Estás seguro?

—Si.

—De acuerdo —baje ambas manos y al abrir mis ojos me encontré con con su hipnótica mirada.

El tipo estaba con una toalla a la altura de su cintura por lo que su abdomen estaba al descubierto, por segunda ocasión logré ver esa cicatriz que tenía en la parte izquierda de su abdomen. Unas cuantas gotas de agua bajaron desde su cabello hasta recorrer todo su torso, estando Brahms así me fue imposible apartar la mirada de su cuerpo.

Beso De Buenas Noches Donde viven las historias. Descúbrelo ahora