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El cuerpo de Brahms comenzó a temblar, su temperatura corporal subió, casi cómo si estuviera ardiendo en fiebre. Su color de piel se puso de un tono palido, sus ojos parecían perderse dentro de sus pensamientos. Mi mano la estaba sosteniendo Brahms, en la cual estaba haciendo una presión que me estaba comenzando a lastimar, traté de safarme pero no parecía funcionar y decirle tampoco funcionó; pues parecía estar en congelado.

Brahms! Brahms! —intenté safarme de su fuerte agarre pues mi mano comenzó a ponerse roja.

La chica que había entrado no me parecía conocida, sin embargo ella parecía saber en donde estaba. Parecía ser una chica muy linda, pero me parecía raro que supiera el nombre de Brahms.

Qué? No piensas venir a saludarme.

Apenas se escuchó su risa y Brahms reaccionó de una manera violenta. Me había empujado para poder correr hacía la chica, ambos cayeron al suelo; la chica seguía riendo mientras que Brahms la tenía sujetada por él cuello. No podía permitir que el cometiera algo contra esa chica, así que no lo pensé ni dos veces y corrí con todas mis fuerzas para empujarlo. Pensé que pasaría lo mismo que cuando ayude a Oliver, pero fue todo lo contrario ya que no había conseguido que Brahms se moviera ni un poco, había sido yo la que se llevara un golpe al chocar con el cuerpo de él.

La chica se estaba poniendo de un color rojo por lo que no tenía mucho tiempo, tomé a Brahms por los hombros e intenté separarlo pero tampoco funcionó y solo había ganado que me empujará contra la pared. Todo estaba perdido y todo lo que pude hacer en ese momento fue cerrar los ojos, sabía que ésto acabaría mal.

No pasó mucho cuando el sonido de algo quebrándose me obligó abrir los ojos. Oliver lo había golpeado con un jarrón, lo que provocó que el cuerpo de Brahms cayera a un lado de la chica. Me senté a su lado pata poder abrazarlo por su espalda, el golpeé no le había causado heridas lo que me alivio un poco.

—Vanesa.

—Tranquilo —pase mi mano por su rostro y me acerqué hasta sus labios; parecía querer decir algo.

—Ella, no.

—Qué? Brahms no entiendo.

—Greta.

Brahms había logrado decir lo último antes de que su cabeza cayera en mi pecho.

Greta tenía una sonrisa de lado a lado, no se veía ni un poco preocupada por lo que le había pasado, Oliver la levantó y ella empezó a caminar hasta nosotros.

Aléjate de él —grité antes de que ella pusiera un dedo en el rostro de Brahms—. Oliver saca a esta de aquí, no la quiero ver.

—Lo siento mucho, pero yo me iré cuando Brahms me lo pida.

—Creo que casi matarte es más que suficiente no?

—Eso? —Greta se empezó a reír como una verdadera loca—. Sólo fue la impresión de volverme a ver, para ser honesta esperaba a que me regresará el desarmador.

—Oliver ayúdame a llevar a Brahms a mi cuarto.

Acostamos a Brahms en la cama, me recosté por un lado y le pedí a Oliver que se quedara aquí por si necesitaba ayuda.

Acostamos a Brahms en la cama, me recosté por un lado y le pedí a Oliver que se quedara aquí por si necesitaba ayuda

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Beso De Buenas Noches Donde viven las historias. Descúbrelo ahora