Conocí a Christopher Morgan hace casi tres años, en uno de mis desfiles. Él iba de encubierto junto a varios hombres más, querían atrapar a alguien que creo que trabajaba con Antoni Mascherano, un mafioso Italiano.
Era mi turno para salir a la pasarela, estaba a punto de llegar al final de esta para regresar y cambiar mi vestuario, cuando una balacera comenzó.
Me agaché rápido cubriéndome, pero un hombre me tomó fuerte del brazo y me comenzó a arrastrar lejos de donde estaba. No sabía quién era, pero cuando intenté evitar que me llevara me enseñó una cuchilla y amenazó con matarme si no hacía lo que él decía.
Con miedo le hice caso. Lo único que pude entender en medio de todo el ruido fue:
—El señor Mascherano espera por usted.
No conocía a ese tipo en aquel entonces. No sabía de quién se trataba.
Otro hombre pero esta vez en un uniforme de militar y máscara negra apareció frente a nosotros, apuntándole con un arma a sujeto que me traía. Este me tomó colocando el cuchillo afilado en mi garganta.
Comenzaron a hablar en italiano, yo no entendía lo que decían.
Tampoco entendí muy bien lo que ocurrió. Pero una bala rozó mi brazo y le dio en el pecho al que me tenía. Yo di un paso atrás al instante por el miedo.
El que disparó se quitó la máscara.
Creo que en ese momento me enamoré de sus ojos grises. Siempre me han encantado, especialmente cuando me miran solo a mí.
Luego de que todo acabó y que me pusieron a salvo, me llevaron a un edificio, supongo que su lugar de trabajo. Me interrogaron, me preguntaba si conocía a Antoni Mascherano, me enseñaron fotos de él. Les dije la verdad.
Que no lo conocía, nunca había escuchado su nombre mucho menos lo había visto en mi vida.
Pusieron seguridad en mi casa, guardias y tenía que salir con escoltas a todos lados por mi seguridad.
Fue en ese momento en el que poco a poco Christopher y yo nos fuimos conociendo, acercando.
Era malo que alguien en protección saliera con un soldado, mucho peor si era el Coronel, pero eso no parecía importarle cuando me invitaba a salir.
Sí, ese témpano de hielo me invitaba y me invita a salir todavía. Es difícil sacarle el lado lindo, pero por lo menos una vez al día lo hace.
Cuando nos volvimos novios a su familia, bueno, a su padre y abuela no les gustó. Siempre decían, sin importarles que yo estuviera al lado de Christopher, que una modelo como yo no era suficiente para alguien como él.
Lo admito, me dolieron y me siguen doliendo los comentarios que ellos hacen sobre mí, lo único que me alivia es que Chris no piensa eso sobre mí.
Las cosas se volvieron difíciles... muy difíciles.
Más cuando Rachel James regresó.
Si antes no me querían con él, ahora menos lo hacían.
Sólo me quedaba aguantar todo, pues Christopher siempre me ha demostrado ser todo para él...
Lo único que debía hacer era olvidarme del resto del mundo y pensar sólo en Nosotros...
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• Nos leemos pronto en el primer capítulo✨
