Esa mujer no me agradaba. Cristal, la mujer que está encargándose de la campaña de Christopher. Ella llegó al Penthouse con Regina y comenzaron ellas a planear la boda.
Mi boda.
Me negué, les dije que yo sería la que lo haría, yo sola junto con Christopher, pero me han estado ignorando. Regina ni si quiera estará en la boda para que esté aquí, planeándola.
Este ya es otro nivel para fastidiarme.
—Los colores son blanco y negro.
Hice una mueca negando.
—Ya Christopher y yo lo decidimos, no cambiaremos nada. —intenté ponerme fuerte, pero Regina solo bufó.
Christopher dijo que quería rojo, y yo quería rosa, así que la boda tendrá ambos colores, junto con blanco. Encontré la forma de que se vea muy bien.
—Ideas de mal gusto. —me contestó Regina— Mejor no opines.
—Es mi boda, yo soy...
—Es la boda de mi nieto, ya de por sí se está rebajando a casarse contigo, no dejaré que su boda sea un asco.
La miré enojada poniéndome de pie. Salí de la sala para ir hacia mi habitación. No sé qué intento hacer ahí, pero sé que la boda será como yo lo quiero, por eso la estaba planeando sola, porque no quería que nadie se metiera.
Miré el vestido rosa que se supone que usaría hoy en la noche. ¿Sí se nota que es mi color favorito? Chris no lo soporta, pero aún así le gusta como me veo con él. Es mi color.
Lo tomé y acaricié... No creo que entre en él, lo compré hace unas semanas atrás. Debo buscar otro.
Miré la hora en mi celular, debía comenzar a prepárame.
—¿Qué hacían Regina y Cristal en mi casa? —Christopher abrió la puerta de la habitación cuando me quitaba la ropa.
—Planeando la boda. —murmuré dándome la vuelta para entrar al baño.
Chris me siguió.
—¿Planeando la boda? Dijiste que no quieras que nadie te ayudara.
—Eso les dije, pero sólo me ignoraron y cambiaron todo lo que ya tenía planeado. Me enteré antes de que llegaran, llamaron del lugar donde quería la ceremonia diciéndome que la cancelación ya estaba hecha.
—¿Por qué no me llamaste rápido? —se pasó las manos por la cara— Te dije que lo hicieras si venían a molestarte.
Suspiré entrando a la ducha poniendo el agua caliente, comencé a mojar mi cabello.
—Tu abuela sólo quiere molestarme, pero no quiero darle el gusto y pelear, sólo seguiré planeando todo contigo. —murmuré.
Respiré hondo sintiendo un nudo en la garganta. Vi de reojo como Christopher se quitaba la ropa y luego entraba, tomó mi cintura y me volteó. Lo abracé pegándome a él.
—Dav...
—Sabes que intenté llevar las cosas bien con ella, nunca pretendí que me quisiera pero al menos que no me tratara mal. —sollocé— Le he aguantado todo lo que me dice, pero no le voy a aguantar esto, Christopher. —lo miré— No quiero que se meta en esto cuando sólo lo hace para fastidiarme.
—Y no lo hará. —tomó mi rostro pasando los pulgares por mis mejillas— Haz lo que quieras y no les prestes atención, la boda sólo se hará donde y como quieras. —me besó— No tienes que llorar, Davina.
—Sabes lo sensible que soy, cualquier cosa me hace llorar.
El muy tonto rodó los ojos. Me puse de puntillas para besarlo, poniendo mis manos sobre sus hombros para sujetarme. Bajó sus manos hasta mis piernas, alzándolas haciendo que rodeara su cintura con ellas. Me pegó a la pared causando que arqueara la espalda para evitar el frío que esta tenía.