O el embarazo me está afectando, o ya se me pegaron las cosas de Christopher.
Sentada en el sofá de la sala veía a Patrick trabajar en su computadora. Lo había llamado para que me ayudara en algo, se lo podía pedir a Christopher pero... sinceramente no sé qué me dio por tomar el celular y llamar a Patrick, pero ya lo hice.
—Ya está. —dijo llamando mi atención.
Me acerqué a él para mirar lo que estaba en la pantalla de su computadora.
—Explícame, porque yo no entiendo nada.
—Gema y Liz no tienen las suficientes misiones para estar en sus puestos, y las misiones que tienen están fallidas o inconclusas. —me mostró más o menos.
—¿Entonces...?
—Con esto podemos hacer que las quiten de sus puestos, y comiencen desde cero. —sonrió.
Gema y Liz habían sido liberadas por órdenes de Alex hace unas horas, Christopher me lo contó antes de irse a la central, y a la media hora recibí una carta con una amenaza que obviamente viene de parte de ellas. Reconocí la letra de una de ellas, ahora estoy cien por ciento segura de que ellas son las que mandan las fotos, ¿cómo las consiguen? Ni idea.
Necesito sacarlas de aquí, porque no voy a arriesgarme a que me hagan algo por haberlas encerrado. No voy a arriesgarme ni a mi bebé tampoco.
—Aún así...
—No te sientes segura. —asentí— Sé que tu novio te tendrá segura, ya sabes lo sobreprotector que es contigo.
Y mucho más ahora.
Patrick dijo que se encargaría de que esto se supiera, aunque sinceramente me gustaría que las mandaran a otro lado a esas dos, pero yo no puedo decidir nada de eso.
Cuando Patrick se fue vi la hora en mi celular, tenía que comenzar a prepararme para irme a la agencia. Hoy sería el desfile, en la noche. Debo estar ya de camino en una hora.
Me fui a bañar y a lavar el cabello, envuelta en una toalla salí para irme hacia el tocador y secar mi cabello. Mientras lo hacía vi como Christopher entraba a la habitación, Zeus y Hades venían detrás de él y se subieron a la cama.
—Amor, ¿qué haces aquí?
—Trayéndote esto. —me mostró una bolsa de comida.
Olía a pasta con camarones, mi favorita.
—Gracias, mi amor, pero sabes que no como nada antes de mis desfiles. —sonreí.
—No vas a hacer lo mismo que hace meses. —dejó las cosas sobre el tocador— Come y luego te vas.
—No es que no quiera comer, es que no quiero hacerlo antes de mi desfile, te prometo que en cuanto salga comeré algo.
Como quiera me hizo sentarme en la mesa para comer un poco, y no me dejó en paz hasta que acabé.
Si antes estaba más al pendiente de mi alimentación, ahora lo estaba más. Recce creo que le dijo cosas de lo que me podían hacer mal en el embarazo, y ahora está obsesionado con saber que como todo el día.
Luego de comer un poco subí para lavarme los dientes.
—Iré a la reunión, te veré allá. —dijo dejando un beso en mi cabeza— Recce irá por cierto.
Lo volteé a ver confundida.
—¿Recce? ¿Desde cuando va a un desfile?
Él ha estado aquí en Londres varias veces que he desfilado, pero nunca ha ido a uno.