Creo que llevo sentada dos horas, tomando su mano. Pero sólo han pasado quince minutos. Me pone nerviosa que no despierte aún.
—Gracia por ayudarme, por cierto. —miré a Patrick, estaba sentado al otro lado de la camilla— Jamás me dejarían pasar si hubiera estado sola.
Probablemente me hubieran sacado del hospital a las malas.
—No entiendo porque Alex y Regina te odian tanto. —murmuró— Nunca haz hecho algo para que te traten así.
Suspiré. Eso era algo que yo tampoco entendía.
—Regina desde que me conoció me trata de lo peor, pero de Alex es raro, porque antes me trataba mejor.
—¿En serio? —me miró raro.
—Sí, de hecho, hablé con él una que otra vez cuando estaba en protección de la central. —me encogí de hombros— Me sorprendí cuando me trató horrible el día que Christopher me llevó a su casa.
Habían hecho una cena a la que Christopher estaba evitando ir, pero Recce lo convenció. Yo me negué porque era una cena familiar donde yo no pintaba nada, como quiera me llevó. Era la primera vez que veía a su abuela y a su tío, la primera me trató mal desde que supo que era modelo. El padre de Christopher no dejó su mala cara y mirada de odio hacia mí toda la noche.
No sé lo que le hice, pero sí parecía y parece que me odia.
—Espera. —parecía como si no creyera lo que le acababa de decir— ¿El ministro te trataba bien? —asentí— ¿Y todo cambió cuando comenzaste a salir con Christopher?
—Eso dije...
Antes de que pudiera decir algo más mi mano fue apretada, sobresaltándome. Miré con una pequeña sonrisa a Christopher, que estaba comenzando a abrir los ojos. Pude respirar tranquila.
—Mi amor. —acaricie su mano. Sus ojos se abrieron por completo, y una de sus cejas se arqueó— ¿Te sientes bien?
—Ajá. —pasó su manos por la cabeza, dándose cuenta de la venda que traía— Quítame esta mierda.
—Deja que un doctor te revise primero. —pedí, pero no hizo caso. Miré a Patrick y le hice una seña con la cabeza para que por favor fuera por el doctor— Christopher...
Golpeé una de sus manos suave para que se estuviera quieto.
—Casi me da algo cuando Patrick me llamó diciendo que estabas aquí. —dije para que me mirara— Por suerte no fue nada grave, porque a la que terminarían internando sería a mí.
—Si no es nada grave me largo de aquí. —se sentó en la camilla, y terminó por sacarse la venda.
—Christopher, por Dios, deja que te revisen una última vez y luego nos vamos.
—No voy a...
—Aunque sea hazlo por mi paz mental. —pedí por segunda vez.
Con una mala cara asintió. Me había sentado en la camilla, su brazo pasó por mi cintura atrayéndome a él. Puse mi mano suave en su rostro para besarlo.
—Tu padre y tu abuela están a fuera. —avisé, le sonreí sin nada de gracia— Y tu querida y amada exnovia también, por cierto.
—No me interesa. —rodó los ojos— Que se queden fuera.
Le doctor no tardó en entrar, y Patrick detrás de él. El amigo de mi prometido se colocó a mi lado y susurró a mi odio que Alex se encontraba enojado en el pasillo. El doctor le explicó a Christopher que no era nada grave y que ya se podía ir a casa, sólo que le dio una pastillas para la cabeza por el impacto que recibió.
