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Narrador Omnisciente

Estaba hastiado de todo y de todos. Reuniones, cenas con personas que ya lo tenían cansado, casi no dormía y apenas estaba comiendo.

Había salido de una reunión con los otros dos candidatos hacia ya cuarenta minutos, y ahora estaba sentado en una mesa del restaurante del hotel, deseando que una bomba cayera sobre todos.

—Mañana viajaremos a Moscú, allá tendremos una reunión con el consejo de la central. —habló Alex.

Christopher sólo rodó los ojos. Eso de estar con su padre, su abuela y su ex de aquí a allá le daba dolor de cabeza. El único que se medio salvaba era Patrick, y porque no lo molestaba como ellos.

—Por cierto, ¿en qué momento sacarás a Gema y a Molina de esas celdas? —preguntó su padre— Tu novia ya pasó los límites al encerrando a dos soldados como para que le sigas cumpliendo el capricho.

—No es como si sacándolas cambiara algo, seguirán siendo igual de inservibles que siempre. —bufó.

Regina asintió, eso era en lo único que estaba de acuerdo con su nieto. No soportaba a Gema y su amiga era despreciable. Lo que no le gustaba de ese asunto es que fuera la modelo quien dio la orden de encerrarlas, lo único que pensaba era que se estaba tomando atribuciones que no le correspondían.

La mujer comenzó a hablar con la ex novia de Christopher, quien fue invitada al viaje de campaña por ella misma. Estaba con la idea de que ellos regresaran pues, la teniente era para ella la perfecta mujer para su nieto.

Christopher no prestó atención a lo que decían, no le interesaba, lo único que tenía en la cabeza era a su novia. Necesitaba verla, besarla, follarla y apretarla contra su cuerpo al dormir.

—¿Davina está bien? —le preguntó Patrick de la nada, al verlo pendiente a su celular.

Conocía a su amigo y cómo odiaba estar lejos de aquella chica que lo traía loco desde hace casi tres años.

—Ajá.

Últimamente había estado más sentimental que nunca, ayer que la había llamado por lo del cachorro que llevó al penthouse se dio cuenta de eso.

Así que, algo le pasaba, o ya estaba loca.

Abrió la conversación con su novia cuando se dio cuenta que habían un mensaje que no había visto, de hace unas horas por estar en las reuniones.

Dav🌷:

Espero que las disfrutes, mi amor.

Te amo❤️.

Las fotos cargaron por completo, eran unas veinte. «Maldita sea...» Se removió en su silla al ver a su novia en lencería roja. Eran tan pocas las veces que la veía con ese color, pero siempre se veía igual de sexy y ardiente.

Ignoró a todos en la mesa y se puso de pie, sin esperar la comida y sin escuchar a su padre llamándolo, salió del restaurante para subir a su habitación. Marcó al número de su novia pero no contestaba. Soltó una maldición.

Volvió a ver las fotos, pasando una mano por su cara y cabello en desespero. Si antes quería regresar, ahora era una necesidad.

Volvió a marcarle a su novia por videollamada, esta vez ella contestó.

Mi amor. —sonrió— Ya te habías tardado en llamar. ¿Viste las fotos? Quedé muy hermosa, ¿verdad?

Se sentó en el escritorio de la habitación observándola con el deseo en su mirada, tenía el cabello suelto y esta vez sus hondas estaban un poco más marcadas.  Y sólo se veía que tenía puesto un sostén rosa.

N O S O T R O S |Fanfic Pecados Placenteros| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora