22 de diciembre de 2021
El frío viento de Canadá me hace temblar cuando bajo de la camioneta. Christopher baja conmigo, quedándose en la puerta en donde está el asiento de Cassian en caso de que despierte. Me voy alejando de ellos caminando hacia el frente, sólo viendo la solitaria lápida en este lugar.
Ni si quiera lo enterraron en un cementerio o en un lugar decente, sino en un lugar en medio de la nada.
Las manos me tiemblan, y no es solo por el frío. Caigo de rodillas frente a la lápida con su nombre grabado en él.
—Papá... —los ojos se me cristalizan— Lo siento tanto...
Debí buscarlo por más tiempo y no rendirme. Ahora me siento muy mal por ver su tumba así, tan descuidada.
—Perdóname por favor... Debí ser más fuerte con mamá. —las lágrimas comienzan a bajar— Pero ya todo acabó, ella ya no está, y yo vendré lo más que pueda a verte, a traerte flores, a arreglar todo esto...
A menos que...
Sentada en el suelo seguí hablando como si él me pudiera escuchar, desahogue todo lo que tenía dentro.
Papá era la única persona que en serio me trataba bien y me quería, el único que me apoyaba a pesar de que no le gustaba que modelara. Me daba ánimos cuando me deprimía, me llevaba con mis amigas a escondidas para que mamá no se enojara para que yo pudiera divertirme. Recuerdo las tantas veces que a escondidas, cuando mamá me prohibía comer él a escondidas me llevaba otra cosa que no sea ensalada. Luego de discutir con mamá, claro.
Me hizo mucha falta cuando mamá me alejó de él. Tantas veces que fue por mí y le gritaba a mi madre para que lo dejara verme aunque sea unos minutos.
Aunque ya he superado las cosas que me hacía mi madre, estar aquí sólo hace que reviva todo una y otra vez.
—Ojalá estuvieras aquí para conocer a Cassian. —sonrío apartando las lágrimas— Es un niño hermoso, lo amarías mucho. —río— Probablemente no te caería bien Christopher.
Mi esposo es todo lo que mi padre no soportaba en alguien, es muy probable que se opusiera de que saliera con él. Pero estoy segura que lo "aceptaría" sólo porque soy feliz a su lado, sólo por eso. Y armaría mucho a Cassian.
—Soy muy feliz papá, y desearía que estuvieras aquí conmigo para verme así. —me pongo de pie con cuidado de no caerme— Tengo que irme. Te amo demasiado, papá.
Respiro hondo, ya me siento con un peso menos encima. Todo lo que quería ya lo tengo. Camino hacia donde se encuentra Christopher, al estar frente a él me envuelve entre sus brazos en un abrazo que necesitaba.
Él sabe lo mucho que esperaba dar con mi padre.
—Quiero transportar sus restos a Londres. —murmuro— En un lugar mejor y cerca de mí.
Papá se merece descansar en un lugar mucho mejor, no estar solitario en medio de la nada.
—Hablaré para que comiencen mañana mismo con todo.
Sonrío mientras él pasa su pulgar por mi mejilla alejando el rastro de las lágrimas.
Subimos al auto cuando le pido que nos vayamos, mañana temprano debemos estar de regreso en Londres, pues el veinticuatro tendremos la cena de navidad.