Tres días para la boda
Christopher
—Buenas tardes. —la puerta de mi oficina se abrió.
Patrick entró a mi oficina con una sonrisa estúpida, rodé los ojos al saber porqué estaba aquí, y sólo me provocaba dolor de cabeza. Se sentó en la silla frente a mi escritorio.
—Simon, Parker y yo planeamos llevarte a un bar mañana en la noche, solo para decirte que pasaremos por ti a las nueve.
Ya sabía.
—No.
—Será tu despedida de soltero. —le siguió— Al fin sentarás cabeza, así que esto hay que celebrarlo.
—Que no.
Tenía demasiado que hacer y de qué encargarme antes de irme. Debía resolver todo antes de mañana en la noche, Davina quiere que nos vayamos hacia el hotel el día antes de la boda, así que ese día no pienso hacer nada, y luego de la boda estaré dos semanas fuera, no me encargaré de estas cosas al regresar.
—Hermano, vamos, serán sólo unas horas.
Insiste e insiste por casi una hora en la que no logro avanzar, termino aceptando la salía con tal de que me deje en paz unas horas. Pero no se larga de la oficina.
—¿Cómo te sientes al saber que en tres días estarás casado?
—Normal.
—Seré sincero, al principio pensé que sólo tenías un capricho con ella porque no era como las demás mujeres que con sólo verte ya estaban detrás de ti, y me molestaba el hecho de que solo por eso la estabas conquistando. —lo miré— Pero me equivoqué, en serio te enamoraste de ella y me alegra. Davina es una mujer de gran corazón, y que estés con ella ha sido lo mejor que a pasado en tu vida.
Me le quede mirando por el ridículo discurso que se acaba de inventar.
—Bueno. —sacó su celular y me mostró que estaba grabando— Es que estoy practicando para el discurso que diré en la boda, ya he dicho varios discursos y al final los iré uniendo.
Bufé.
—Cómo sea, estoy feliz de que te casarás con Davina y no con Rachel, porque aunque sí se veían bien, no te veía tan convencido como con Davina. —sonrió— Estuviste con Rachel un año y jamás hablaste de un futuro, en cambio con Davina, creo que ya a los cuatro meses de relación estabas convencido de que te ibas a casar con ella.
—Davina siempre fue diferente.
—Eso lo sé.
Una hora después se largó a trabajar en su oficina.
Mientras yo sigo en lo mío reviso las cámaras del penthouse para saber en donde estaba metida Davina, llevo rato llamándola y mandándole mensajes y ella sólo no responde.
Y claro que no va a responder, cuando sigue dormida en la cama, tal y como la dejé hace horas que me fui, sólo que ahora acompañada de Zeus y de su perro, quienes duermen casi encima de ella.
Estos días se la ha pasado así, solo duerme, come y va a su trabajo. Luego regresa a comer y a dormir.
Cosas de su embarazo, según Recce.
Voy a dos reuniones, una con la élite en donde anuncio que durante las próximas dos semanas Parker estará a cargo de la central en mi ausencia, y otra con el consejo. Viejos decrépitos que no veo la hora de sacarlos de aquí.
Una vez llegan las tres de la tarde tomó los papeles para llevármelos a casa. Cuando estoy saliendo de la oficina con la primera que me encuentro es con Gema caminando hacia mí.