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23 días para la boda

Prácticamente todo está listo para la boda. El hotel ya tenía las reservaciones de las suits, el salón ya estaba apartado para todo el día, las las cosas que había mandado a pedir ya se las había entregado a la decoradora, el catering ya tenía el menú que se requeriría para todo el día, las invitaciones habían sido entregadas y ya todos habían confirmado.

Me había probado el vestido otra vez, todo estaba perfecto así que lo saqué de la boutique, ahora estaba en casa de Fabiola porque no me iba a arriesgar a traerlo aquí y que Christopher lo vea, mis zapatos hermosos estaban también en su departamento.

De los anillos se había encargado Christopher, así que no tengo idea de cómo son o si ya están listos.

La luna de miel también es preparada por él, y creo que ya la tiene lista.

Creo que me puedo casar mañana si quiero, todo está perfectamente bien.

Eso da miedo.

Luego de tantas cosas que han pasado estas últimas semanas, es un poco dudoso que todo esté tan bien estos días, pero no me quiero quejar, porque no quiero que nada pase, quiero casarme tranquila.

Sólo veintitrés días... En sólo veintitrés días estaré caminando hacia el altar con mi vestido de novia, lista para casarme con el amor de mi vida.

Y en unos meses más conoceré al otro amor de mi vida.

No sabía que estar embarazada me traería tanta felicidad, nunca lo imaginé, pero en estas semanas desde que me enteré que tendría un hijo me he sentido más feliz que nunca. De solo pensar que tendré a un lindo bebé en mis brazos me hace sonreír.

—¿Desea algo de almorzar, señorita? —Miranda se asomó por la puerta de cristal del balcón.

—Gracias Miranda, pero no tengo hambre ahora. —le sonreí. Ella asintió con una sonrisa y se retiró.

Hace un rato había llegado de mi terapia, estuve dos horas con la doctora y cuando salí fui a una cafetería a comerme un pai de manzana, es lo único que se me antoja últimamente. Lo raro de todo esto, es que a pesar de que varias cosas me dan asco, no vomito, pero si me mareo bastante.

Miré la hora en mi celular, debía ir a la agencia para otras fotos, esta vez serían con vestidos de una colección nueva.

Mis fotos en lencería ya se habían publicado, y según mi jefe todas fueron un existo para el público que las vio, eso hace que vuelva amar mi trabajo como antes.

Cambié mi ropa a una más cómoda, dejé comida y agua para Zeus y Hades. El primero estaba acostado sobre mi cama, tranquilo, mientras que el chiquitín, como siempre estaba molestándolo para buscarle juegos. Zeus suelta un suspiro cansado que me hace reír y comienza a mover su cola para que Hades lo deje en paz. Siempre lo mismo con ellos dos. Zeus le tiene mucha paciencia, creo que porque aún es muy pequeño y lo sabe.

Fue hasta la agencia en mi auto, lo dejé en el espacio que me habían asignado y luego de ponerle el seguro subí hasta el piso de fotografía. Saludé a todas cuando las vi recibiendo sonrisas de parte de todas, las modelos y bueno, todo el personal eran muy agradables. Saludé a Fabiola con un beso en la mejilla antes de sentarme en la silla.

—Hoy quieren un maquillaje natural. —me miró a través del espejo frente a nosotras— Y vi los vestidos, así que tu cabello lo recogeré.

Cerré los ojos y dejé que hiciera lo que mejor sabe hacer. Mientras me arreglaba el cabello y me maquillaba en voz baja hablamos de mi bebé. Había estado viendo muchas cosas para bebés, incluso decoraciones para su habitación. Me gustaba que Fabiola estuviera tan emocionada por esto, dice que será la mejor tía y madrina del universo.

N O S O T R O S |Fanfic Pecados Placenteros| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora