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[Arreglado]

Davina

Sentía como me movían y me llamaban. Abrí los ojos bostezando para encontrarme a Christopher sentado a mi lado despertándome.

—Davina. —apartó los mechones de cabello que habían sobre mi rostro.

—¿Qué hora es? —me estiré un poco y froté mis ojos para luego acomodarme sobre la cama quedando sentada.

—Las siete.

Lo miré. Se había cambiado de ropa, y su cabello húmedo indicaba que se había duchado hace poco.

—¿Termínate el trabajo?

—Sí. —contestó asintiendo— Estaba estresado por muchas cosas, no quería hablarte así.

—Lo sé... —sonreí un poco— Pero sabes que no me gusta cuando te comportas indiferente conmigo por cosas en las que no tengo que ver.

Me pasé las manos por mi rostro cansada. Quería seguir durmiendo.

—¿No vas a decir nada más? —me miró con el ceño fruncido.

—¿Sobre qué? —lo miré confundida.

—Sobre la razón por la que estabas llorando.

Tragué negando, para luego mirar mis manos.

—Pues, porque soy sensible, Christopher. Cualquier cosa me hace llorar, y no me gustó como me contestaste cuando llegué.

—Ajá.

Sabía la razón, su mirada me lo confirmó. ¿Entonces para qué pregunta? No le contesté nada más, me quedé callada esperando a que él fuera quien hablara.

—Estuve en el comando todo el día, encerrado en la oficina. —explicó. Asentí lentamente— Cuando terminé me fui hacia acá. Y lo que viste fue por Gema.

—¿Gema? —hice una mueca— Si estas intentando darme una excusa de porqué había labial en tu ropa, estás haciéndolo fatal, Christopher.

Esa mujer... me ponía mal. ¿Por qué siempre estaba pegadas a Christopher? Ella y su amiga. Son tan... agh.

—Intentó abrazarme y la quité. —gruñó— Davina.

—Sé que no hiciste nada, pero ya te lo he dicho, no puedo evitar pensar en... todas esas cosas. —murmuré— Sólo ignórame, es una estupidez.

—Lo haría si no te afectara como lo hace.

—Intento que no lo hagan. —susurré— Por eso te digo que no te preocupes, son cosas mías y que debo aprender a controlar.

Le sonreí para que dejara el tema. Yo sabía que él nunca haría eso... pero me es imposible no pensar en todo lo que dicen. Confío en él, no en las demás personas.

—Ven. —suspiró— Tienes que comer algo.

—No tengo hambre. —negué.

—Davina, no te estoy preguntando si tienes.

—No voy a comer nada, no tengo ganas. No me puedes obligar.

Se me quedó mirando un poco más, luego sacó las sábanas de mi cuerpo y se puso de pie. Lo miré confundida hasta que me tomó de la cintura alzándome y poniéndome sobre su hombro.

—¡Christopher! —me quejé— ¿Pero que te ocurre? ¡Bájame!

Salió de la habitación conmigo así.

—¡Au! —me quejé y lo golpeé como pude cuando azotó mi trasero— ¡Christopher!

—Estate quieta.

N O S O T R O S |Fanfic Pecados Placenteros| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora