Llegué rápido al edificio de la agencia. Habían personas corriendo de aquí para allá. Subí por las escaleras al darme cuenta que el ascensor no iba a apurarse, y Fabiola me estaba llenando el celular de mensajes de texto.
Abrí la puerta cuando al fin llegué al piso. Busqué a Fabiola, caminé hasta donde ella al verla.
—Fab. —me posé a su lado. Estaba pálida— ¿Qué ocurrió?
Sin decir nada señaló hacia un lugar.
Era la oficina de Nanci, caminé poco a poco para poder ver que era lo que pasaba. Me asomé un poco por la puerta quedando inmóvil al ver la escena. Llevé mis manos a la boca jadeando y dando un paso atrás.
Nanci... en la silla de su escritorio amarrada, con sangre en la cara y el torso.
—¿Qué le hicieron...? —murmuré.
—Parece como si la hubieran torturado. —contestó Fabiola alejada.
La escena era horrible y daban ganas de vomitar al verla.
Me alejé de ahí en cuando unos policías llegaron, sacando a todos del camino. Fabiola tomó mi mano llevándole hasta otro lado con menos personas.
Ya entiendo porque no contestaba mis llamadas...
—Ella no me agradaba, pero me parece horrible lo que le hicieron. —dijo nerviosa— ¿Y si hay un asesino en el edificio y nos va matando uno por uno?
Volteé un poco la cabeza al sentir una mirada sobre mí. Fruncí el ceño al ver que se trataba de un hombre que no parecía trabajar aquí. Me miró y dio un leve asentimiento antes de caminar hacia otro lado.
—No creo que ese sea el caso... —miré a mi amiga— No te pongas así.
—¡Acaban de matar a alguien, Davina! ¿¡Cómo quieres que me ponga!? —se estaba alterando— ¿Cómo estás tan calmada?
¿Sería feo decir que no me siento para nada mal? Incluso creo que quiero sonreír y eso me asusta...
—No lo estoy. —pasé mis manos por mi rostro.
Tengo que llamar a Christopher...
Vimos cómo sacaban el cuerpo de la que era mi agente, en una camilla y tapada con sábanas. Los policías comenzaron a interrogar a los que la habían encontrado. Uno de ellos llegó hasta donde nosotras para hacernos preguntas, Fabiola contestó las de ella y luego le dijeron que me dejaran sola.
—Me dicen que la señorita era su agente, ¿no? —asentí— ¿Le comentó algo extraño o fuera de lugar?
—Nuestra relación era sólo profesional, no hablábamos a menos que fuera sobre algún desfile o campaña.
—¿Tantos años juntas y siempre fue algo profesional? —me miró raro— ¿Tenían algunos problemas o..?
—Ninguno. —negué— Cómo dije, solo hablábamos por cosas de la agencia.
Me siguió viendo raro pero asintió diciendo que era todo por ahora. Volví hasta donde Fabiola, estaba tomando agua.
—Ahora tengo miedo de que algo nos suceda.
—Tranquila, no creo que nos vayan a hacer algo a nosotras. —contesté— Ya lo hubieran hecho, ¿no crees?
—Quizás van uno a uno...
—Ves muchas películas de misterio, Fabiola. —negué.
¿Qué me pasa? Quizás deba llorar o algo, porque no es normal que esté tranquila por esto. Conozco a Nanci desde hace años, algo de cariño debía sentir por ella, ¿no? No me gusta no sentir pena por esto...