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Un Mes Después...

Dejé la caja sobre mi cama y la abrí, por suerte era la última y sólo se trataba de mis zapatos. Ya estaba cansada, esto de la mudanza creo que no fue buena idea.

Nos atrasamos varios días con todo esto, ninguno de los dos teníamos ganas de comenzar a empacar nuestras cosas. Dejamos pasar una semana cuando al fin decidimos mudarnos. Metimos todo en cajas, a excepción de la ropa para que no se estrujara.

Nos mudamos hace tres semanas, y ahora es que estoy acabando de ordenar mi armario. Mis tacones los estaba acomodando por colores, y sabía que me quedaban muchos guardados cuando vi tan poquito rosa y blanco. Ya esta era la última caja que abriría.

Una vez acomodé los que faltaban me quedé unos momentos a observar mi armario, había quedado perfecto. El lado de Christopher también estaba listo. La casa estaba completa, al fin.

Cerré ambas puertas y me acosté en la cama boca arriba, viéndome en el espejo del techo que Christopher había mandando a instalar días antes de que nos mudáramos. Acaricié mi vientre de cuatro meses, ya se me estaba comenzado a notar. Quizás no era tanto, pero si había una muy pequeña diferencia en mi vientre.

Por suerte ya no tenía más desfiles, la semana pasada di el último, ni tampoco secciones de fotos, durante este mes he tenido cinco. Estaba agotada de eso, ahora sólo quería descansar, estar tranquila en el embarazo e intentar que Christopher no se vuelva loco con esto de la campaña, falta mucho para el día que den los resultados, casi un año, pero las cosas lo estresan demasiado.

Más bien, las personas lo estresan demasiado.

Escucho la puerta de la habitación abrirse y volteó con una sonrisa. Christopher entra, quitándose la camisa verde de su uniforme.
Camina con mala cara y cansado hasta donde estoy, acostándose sobre mi cuerpo sin aplastarme.

—Hola a ti también.  —paso mis manos por su espalda— ¿Mal día?

—Terminaré matando a media central. —murmura enterrando su rostro en mi cuello— Son una partida de imbéciles todos.

Suspiré quedándome callada mientras comienza a maldecir a todas de las personas con las que trabajo. Si al inicio de todo esto estaba no soportando a nadie, ahora que tiene tanto trabajo menos, era como una bomba que explotaría en cualquier momento y acabaría con todos ellos.

—Los cuerpos de Gema y Liz los encontraron en una bodega en Italia, mutiladas.

De sólo imaginarme la escena me dieron náuseas.

—Y en la noche asistiremos al lanzamiento de Leonel. —abrazó mi cintura con sus brazos.

—¿Eso era esta noche? —recuerdo que había llegado la invitación al penthouse pero no le presté atención. Lo escucho susurrar un sí— De acuerdo...

Aunque no sé si sea buena idea ir con este hombre. No sé qué le ocurre, pero estos días que hemos salido a cenar, o solo a caminar junto con los perros o solos, lo he visto más posesivo de lo normal. Siempre a sido así, no deja que nadie se me acerque mucho, y ya hace mucho me acostumbre a eso y no me molesta. Pero ahora, parece que no me pueden ni mirar si él está conmigo porque le da unas miradas de muerte a todos.

Y sé que tiene que ver con el enojo que tenía hace semanas, le pregunté varias veces a qué se debía y nunca me contestaba, dejé de interesarme en eso para no presionarlo al saber cómo es, pero como quiera me tiene confundida ese cambio de actitud que tiene.

Le quise decir algo más, pero antes de que pudiera hablar lo sentí menos tenso y relajado. Se quedó dormido. Sonreí cerrando los ojos, pasando la mano por su espalda y cabello. Ya se lo diría mas tarde.

N O S O T R O S |Fanfic Pecados Placenteros| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora