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Ya no estoy enojada, siento que ya hice mucho drama. Pero eso Christopher no lo sabe, así que durante unas horas lo voy a traer de aquí para allá.

Me trajo a la agencia, de estacionó frente a las puertas. Me quité el cinturón, las manos me temblaban un poco por lo que haría.

—¿A dónde vas? —pregunté cuando iba a abrir la puerta— No vas a subir conmigo.

—Iré porque no confío en las personas con las que trabajas.

Negué.

—Quédate aquí, yo no tardaré. —mordí el interior de mi labio— Te mandaré un mensaje si quiero que subas.

Me miró enojado.

—Si me iba a quedar en el auto, ¿para qué me trajiste?

—Para que fueras mi chofer. —me encogí de hombros.

Soltó un suspiro. Abrí la puerta de mi lado y bajé del auto para dirigirme al interior del edificio.

Las piernas me temblaban un poco cuando el ascensor comenzó a subir hacia el último piso. Quiero que esto acabe bien, pero lo estoy dudando. Él no es que sea un hombre muy comprensivo y amable, creo que su objetivo en la vida es molestarme. Creo que renunciar estará complicado.

Fabiola me esperaba cerca del ascensor, al verme se apresuró a llegar hasta donde mí. Me abrazó.

—¿Estás lista para dejar todo el esto? —murmuró bajo.

—Sí... eso creo.

Entrelazó su brazo con el mío, caminamos en silencio hasta la oficina de nuestro jefe. Tomé aire y cerré los ojos unos segundos. Tú puedes.

Me detuve antes de tocar.

No... no sé si puedo...

—¿Quieres que entré contigo? —preguntó mi amiga— Porque si te dice que no, lo golpeo y salimos corriendo.

—Estoy bien... —le sonreí— Estoy bien... —suspiré— ¿Puedes hacerme un favor? —asintió. Tomé mi celular y se lo pasé— Si me tardo mas de diez minutos, mándale un mensaje a mi novio, dile que suba.

—De acuerdo, lo haré.

Dejó un beso en mi mejilla y soltó mi brazo, toqué la puerta y cuando escuché el Adelante entré. El jefe estaba sentado tomando, sin hacer nada, sólo recostado en su silla. Alzó la mirada y sonrió al al verme.

—Davina.

—Buenas tardes, señor.

—Siéntate. —señaló una silla y me senté en ella— ¿Quieres explicarme por qué no hiciste lo que se te ordenó?

—Yo... —tragué— De eso quería hablar con usted.

—Espero que tengas una buena excusa, porque ya estás fuera de otro desfile y, eso no es muy bueno para tu carrera. —se burló— Como quiera se hizo otra cita, para mañana. Espero que no me hagas quedar mal otra vez.

—Eso no será necesario, señor... Esta será la última vez que me verá. Yo renuncio.

La sonrisa se borró de su cara, poniéndose serio. Dejó su vaso de cristal sobre el escritorio y se puso de pie.

—¿Renunciar? —rió caminando lentamente por la oficina— No puedes hacerlo, tienes un contrato que cumplir.

—Lo sé, y el contrato dice que en caso de no cumplir con él, tengo que pagarle a la agencia cinco millones de dólares. —lo miré— Lo haré, pero no puedo continuar aquí.

N O S O T R O S |Fanfic Pecados Placenteros| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora