Uno

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-Me gusta este- sonrió revisando los muebles del lugar- Mira esa ventana.. debe ser una linda vista de noche-

-Parece que si ¿Este será?- pregunto Kim rodeando a Pete por la espalda.

-Si, viviremos aqui- se giro para poder abrazarlo mejor- Me gusta que venga con muebles, no debemos comprar ni mover nada-

Miraron un poco más alrededor antes de bajar y firmar con el encargado del edifcio departamental.

Pete era profesor de nivel preparatoria, apenas tenia 24 años pero pudo conseguir un empleo formal, de igual manera una estabilidad relativa. No tenia una plaza en el colegio pero renovaban su contrato cada semestre, sin falta.

Llevaba un par de años con su novio, Kim, ligeramente mayor que él, trabajaba en un banco, licenciado en administración, con sus trajes y su fachada de hombre de negocios, era tan atractivo. Por fin habían decidido dar un paso grande como lo era vivir juntos, revisaron varios lugares pero en definitiva este había sido su favorito.

Los gastos serian compartidos, llegaron a ese acuerdo, a pesar de que su novio tenia una estabilidad en su trabajo, no tenía un sueldo muy alto, debía conseguir algún ascenso pronto para mejorar ese aspecto. No era mentira que Kim siempre hablaba sobre tener un mejor auto, comprar una gran casa, zapatos y ropa de marca; de alguna forma Pete admiraba que su novio tuviera esas ganas de conseguir más cosas, motivandolo a trabajar duro para conseguir bonos y buenas referencias para cuando se liberará un puesto más alto en un futuro.

-¿Cuando es la boda?- pregunto su amigo Porsche mientras desayunaban en su receso en la preparatoria.

-No me voy a casar- dijo divertido.

-Pero vas a vivir con tu novio, no debe tardar en darte algún anillo- dio un ligero golpe en su brazo emocionado.

-Claro que no, aun nos falta mucho, un anillo implica el gasto de la boda y eso.. nos lleva a los niños- negó con la cabeza- aun tenemos mucho tiempo-

-Si tu lo dices- se encogió de hombros.

¿Pete quería hijos? Si, claro que si, le encantaba la idea, podia visualizarlo, un pequeño con la linda sonrisa de su novio, seria precioso, pero debían esperar. Nunca habían hablado del tema, ni siquiera sobre casarse, pero el también inconscientemente esperaba en algún momento la sorpresa del anillo.

Los días pasaron y terminaron de llevar sus cosas al departamento, agregando algunas decoraciones. Kim vivía en casa de sus padres, así que al fin podía decir que se independizó.

Pete por otro lado vivía en un pequeño cuarto en renta, realmente no tenia familia, perdió a sus padres cuando era demasiado joven, vivió en un orfanato y con ayuda de los programas del gobierno es que conseguía becas para seguir estudiando. Así como sus trabajos a medio tiempo, era cansado, mucho, pero valió la pena cuando por fin recibió su titulo enmarcado. Además de que al ser parte de un programa, le ofrecieron directamente ese trabajo en la escuela, solo que debía empezar de esa forma como profesor sustituto mientras se liberaba un puesto titular.
Eso estaba bien para él de todas formas, su sueldo podía mantenerlo de forma independiente al menos, ahora en conjunto con su novio podía darse el lujo de vivir en un lugar más lindo.

-¿Por que la prisa?- pregunto un día que Kim había ido a recogerlo por la tarde a la preparatoria.

-Ponte lindo.. iremos a celebrar algo hoy- dijo emocionado revisando el closet de ambos.

El corazon de Pete dio un salto recordando las palabras de su compañero de trabajo ¿Acaso Kim si le propondría algo? Se sintió nervioso pero tomó una ducha y se vistió bien, arreglándose un poco de paso.

Lo llevo a cenar en un lindo restaurante, platicaron de su día como siempre y la comida estuvo deliciosa, pero no había señal de ninguna sorpresa ni se veia qué escondiera algo sospechoso.

-¿Ya me dirás porque celebramos?- pregunto Pete.

-Si- suspiro sonriendo- Abrieron una convocatoria.. ahora que soy ejecutivo puedo aplicar, es para ser gerente- comentó emocionado mientras les traían el postre.

-Ah.. vaya, son buenas noticias, alguien debe estar próximo a irse- respondió algo decepcionado.

-No me importa cual sea la razón, pero mi amor.. es mi oportunidad, ya estoy harto de tener que soportar ciertas cosas.. al fin podre tener la posición qué me merezco- se acerco a acariciar su mejilla- Comprare un auto más lindo-

-No necesitas eso, tu auto funciona bien- le respondió con una sonrisa.

-No, no, Pete, es un modelo viejo, no puedo llegar en eso al banco más tiempo- regreso su atención al postre.

-Ah.. la imagen, cierto- asintió.

Tenia algunos meses que Kim hacia comentarios más recurrentes al respecto, el auto, la ropa, incluso los accesorios como el reloj, tocando el tema de que debía cambiar todo eso para encajar con su imagen de ejecutivo en la empresa. Pete entendía el punto teóricamente pero al nunca haber tenido la abundancia, no lo veía como la gran cosa, él solo debía cubrir sus necesidades básicas y para eso su propio sueldo de profesor bastaba y hasta le sobraba.

Terminaron su cena y regresaron al departamento, entre mimos, besos, cariños y el poco alcohol qué bebió su novio, las cosas se calentaron en la cama.

-No compramos, maldita sea- se quejó Kim cerrando un cajón.

-Podemos celebrar mañana- comentó Pete en voz baja cubriendose con la sabana.

-No, cariño estoy caliente ahora- volvió a besar su cuello con desesperacion- Debo tener uno..- se separo revisando en otros cajones rápidamente.

Pete aun con su respiración agitada lo veía sacar todo en desorden, nunca se había atrevido a estar con nadie sin protección, era muy riesgoso y esa regla la puso desde la primera vez con su novio.

-Lo sabia..- el mayor volvió a la cama con el pequeño sobre en su mano mientras volvía a besarlo con necesidad.

La habitación oscura, el calor de nuevo entre sus cuerpos y la sensibilidad en cada fibra de su piel los hicieron recuperar la tensión rápidamente.

Pudo ver como su novio abria el preservativo rápidamente para ponérselo y comenzar con la verdadera acción. Minutos después ambos se encontraban agitados y cansados, Pete podía escuchar los latidos de su corazón con fuerza retumbar en su cabeza, como cada vez.

Sintió como el mayor iba al baño para deshacerse del condon mientras él se movió entre las sábanas, encontrando el empaque metálico. No se veía nuevo, incluso tenia un par de letras desgastadas, como cuando tienes algo guardado mucho tiempo y empieza a perder color en la impresión.

-¿No estaba caducado?- Pregunto sin encontrar el dato, debió perderse al abrirlo.

-Claro que no- respondió seguro Kim entrando a la cama con él- Es plástico cariño, esas cosas no caducan-

-Pero puede..- intento hablar pero fue interrumpido.

-Me pediste que siempre lo usara y ahí esta, eso era un preservativo y lo use- lo abrazo con fuerza- No lo pienses demasiado.. fue increible- beso su mejilla bajando por su mandibula- Quiero repetir-

-No.. ya no tenemos más, compraremos mañana..- se abrazo buscando una posición cómoda.

-No me falles precioso, mañana sin falta- le dijo entre risas antes de besar sus labios e intentar descansar.

Ellos tenían una gran relación, compartían los gastos, dejaban sus gustos en claro, preferencias, inconformidades, era una excelente comunicación. Vivir juntos los había hecho coordinarse mejor y ni hablar de las noches, era maravilloso tener intimidad cada que se les daba la gana en completa privacidad.

Second ChancesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora