Sesenta y cuatro

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-¡Yo quiero!- grito con fuerza el pequeño Saint haciendo una rabieta- ¡Quiero afuera!-

-No puedes, papá dijo que no- lo regañó Pete.

Llevaban otras dos semanas con los mismos cuidados, cambiaron las cortinas de todas las habitaciones y pusieron cristal de alta densidad por seguridad. Además de que ellos tenían prohibido salir de la casa.

-¡Papá malo!- pataleo el suelo nuevamente- ¡Quiero ir afuera!- su voz ya sonaba ronca de tanto llanto y gritos.

-Basta.. puedes asustar a tu hermano- Pete se puso de pie, dejando al pequeño entre almohadas- Suficiente Saint, deja el berrinche-

-¡No!- se soltó cuando intento levantarlo del suelo- malo.. no te quiero..- seguía moviendose.

-Dije que ya.. ¡Suficiente!- levanto la voz y lo tomó con más fuerza- Entiende.. es peligroso afuera-

-¿Por que? Yo quiero ver la mariposa..- se quejó aun en medio del llanto.

-No puedes mi amor, hay gente mala afuera, papá nos esta cuidando- limpio sus lagrimas mientras lo ayudaba a subir a la cama.

-No me gusta adentro.. yo quiero.. jugar en el pasto- tenia pequeños espasmos.

-Lo se hijo pero no se puede.. no queremos a los señores malos, nos pueden hacer daño- limpio sus lagrimas y lo abrazo con fuerza.

-¿Por que hay señores malos?- pregunto dejándose abrazar- ¿Papá es malo?-

-No cariño, tu papá no es malo, él nos está cuidando.. debemos estar escondidos para que los otros no nos encuentren- beso su frente- Shhh... calma.. Mira tu hermanito.. es más pequeño..-

-¿Le pueden lastimar?- pregunto acercándose al pequeño que movia torpe sus manos.

-Si, es un bebé que no se sabe defender, igual que tu.. así que papá nos quiere tener seguros- volvió a abrazarlo- Hay que hacerle caso a papá Vegas, él sabe-

-¿Cuando ya no? Yo quiero jugar afuera papi.. me gusta las nubes- lo miro más tranquilo pero aun con un puchero.

-No lo se cariño, pero papá nos lo dirá cuando los malos se vayan- suspiro acariciando su cabeza- No más berrinches, a la próxima si me voy a enojar-

-Mhh..- se bajo de la cama para ir a su espacio de juguetes y armar algunos bloques.

Pete lo sabia, era estresante para su hijo estar encerrado en casa siempre, aunque era grande y había mucho espacio, no era lo mismo que estar al aire libre.

-Así.. ya estas- Chay termino de poner el pañal limpio del pequeño para después acomodar su ropa nuevamente y dejarlo en la cama.

-¿Como te sientes?- pregunto Macau entrando con la cena.

-Bien.. mejor, eso creo- respondió tranquilo- hoy.. ayude a bañarlo-

-Eso es grandioso- se acerco a él dejando la bandeja en la mesa- lo estas haciendo muy bien- rozó sus narices.

-¿No trajiste para ti?- pregunto viendo solo un juego de comida.

-No, papá quiere reunirnos a Vegas y a mi, estaré abajo en la oficina, llamame si algo pasa- beso sus labios.

-¿Dieron otra señal?- pregunto asustado tomando su manga, Macau ya lo había puesto al corriente de todo lo que sucedía.

-No qué yo sepa, apenas hablaremos los tres.. calma, mientras estén adentro de la casa, no les pasara nada- dejo otro beso en su mejilla y uno en la cabeza del bebé antes de retirarse.

Second ChancesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora