Noventa y dos

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-¿Vas a ayudarme desde aquí?- pregunto el señor Kan a Chay.

-Si.. bueno, creo que puedo hacer esas actividades aquí- respondió mirando la oficina de Macau.

-Bien.. te enviare entonces los recibos diarios y códigos de transferencias para que hagas el corte- dio un vistazo alrededor- ¿No quieres que asignemos una exclusiva para ti?-

-No.. aquí estoy bien, solo seria.. mejor si tuviera mi propia mesa de trabajo.. aun le ayudo a Macau cuando es cierre de mes- explico.

-Vaya.. no puedo creer que te haga trabajar cuando ya tienes suficiente con lo que yo te doy para hacer- suspiro.

-Descuide señor, es mi forma de agradecer.. lo que hicieron por mi todos estos años- dijo con una sonrisa.

-No, no, nada.. de agradecimiento, por cierto- saco un sobre de su bolsillo- aquí esta.. ya te registre como empleado, tienes un sueldo fijo cada quince dias, esta es tu tarjeta-

-Pero aun no.. no hago mucho- comentó tomándola.

-Aprendes rápido, mejor que mi hijo incluso- negó con la cabeza- me has ayudado mucho, por eso voy a dejar los cortes de caja a ti, tendrás todos los detalles de entrada y salida para hacer los reportes de fin de mes..-

-Y en serio aprecio la confianza- dijo nervioso- ¿Puedo.. buscarlo si hay algo que no entienda?-

-Claro, estoy a una llamada de distancia- toco su hombro suavemente.

Regresaron a la planta baja, donde el mayor de todos se despedía para regresar a la otra ciudad y hacerse cargo de su hotel.

-Abuelo.. Mira.. ven- Jao corrió para tomar su mano- aquí.. rápido..- la colocó en el vientre de Pete- ¿Lo sentiste?-

-Si.. se mueve- respondió tranquilo- ¿No estas cansado?- le pregunto a Pete.

-Algo.. pero no por él, es un niño bien portado ahí adentro..- dijo sonriendo.

-Abuelo también es mio- jaló su mano y la puso en su cabeza- ¿Me quieres abuelito?-

-Pero claro que si Venice, yo los quiero a todos por igual, son mis nietos- pellizco su mejilla.

Se despidió de ellos y salió al auto qué lo esperaba con sus guardaespaldas, Vegas y Macau aun no regresaban del trabajo.

-Papi..- lo llamo Jao cuando estaban en la ducha.

-¿Si?- pregunto enjuagando su cabeza.

-¿El bebé puede ser mi hermano también?- limpio el agua de sus ojos.

-No cariño, el bebé del tío Pete es tu primo, nada mas- respondió cerrando la llave y tomando la toalla.

-Pero yo quiero que sea mi hermanito- dijo con un puchero.

-No se puede- respondió llevándolo a la cama para ponerle su pijama.

-Ya cumpli años..- empezó a hablar mientras lo vestia- yo pedí un hermanito bebé tambien-

-Cielo... no es así de facil- acaricio sus mejillas- no todos tienen hermanos.. tal vez todavía no es momento del tuyo-

-¿Por que?- pregunto curioso.

-Mhh.. porque aún eres pequeño, yo quiero jugar contigo más tiempo- le hizo cosquillas acostandolo en la cama para jugar.

Se quedo abrazado con él un rato hasta que lo sintió relajarse y lo encontró dormido.

Chay se puso de pie con cuidado, dejando el peluche de pato abrazado en el pecho de su hijo y saliendo a su habitación para darse una ducha.

-Macau..- lo llamo cuando ya estaba acostado en la cama y lo veía secarse el cabello.

Second ChancesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora