Ochenta y dos

356 55 2
                                    

-¿De verdad puedes manejar?- pregunto Pete cargando su maleta en el auto.

-Si, en un par de horas llegaremos al hotel, descuida- respondió Vegas también cargando una maleta.

-Lo siento- se acerco a abrazarlo por el cuello.

-¿Por que?- pregunto confundido rodeando su cintura.

-Es que.. creo que tu querías que nos fuéramos por más tiempo- suspiro.

-Si quería pero.. también entiendo tu punto, al pensarlo, creo que estaría igual de preocupado por los niños que tu- beso sus labios- así que estoy de acuerdo, tranquilo mi amor.. nos escaparemos solo un fin de semana-

-Vamos a aprovechar la privacidad entonces- bajo una de sus manos para acariciar el pecho de su, ahora, esposo.

-Claro que si, ya quiero hacerte gritar en ese hotel- inclino su cabeza para besar su cuello, dando un ligero mordisco.

-Estoy ansioso..- susurro en medio de un suspiro- vamonos-

Subieron al auto, era de noche pero no tan tarde, por eso se habían retirado de la fiesta. Pensaron en designar que alguien los llevará pero no, seria mejor ir solos, sin presiones y a su propio ritmo.

Aunque Vegas ofreció una luna de miel en el extranjero y demás, Pete se negó a todo eso. Por mucho que lo emocionara, pensar en estar tantos días lejos de sus dos pequeños lo preocupaba y lo ponía triste al mismo tiempo, por eso solo buscaron un hotel con vista al mar en zona turística, eso sonaba bien. Tendrían su espacio privado para celebrar su union como matrimonio, no necesitaba los grandes lujos, él nunca tuvo una vida así, la compañía y pasar un buen momento con su esposo en un lindo lugar era suficiente.

Llegaron alrededor de la media noche al hotel, algo cansados pero por suerte se habían cambiado los trajes, por ropa más cómoda.

-Vaya.. porque no me sorprende que hicieras esto- le dijo cuando entraron al elevador.

-Lo mejor para ti cariño- respondió abrazandolo por la espalda mientras veían el número de pisos subir, hasta las letras PH.

Bajaron y fueron a la puerta designada, donde ya los esperaba un empleado con sus maletas.

Vegas abrió con la tarjeta que le entregaron, cediendo el paso primero a Pete. El empleado dejo las maletas dentro de la habitación y el mayor le dio algo de propina, cerrando la puerta con seguro por dentro.

-¿Te gusta?- pregunto avanzando hasta la habitación, donde se encontraba Pete.

-Tienes que impresionar siempre ¿No?- le dijo corriendo a abrazarlo- como si reservar el penthouse no fuera suficiente.. también mandaste arreglar esto-

Vegas soltó una risa abrazandolo con fuerza, había una mesa a un lado de la cama con una cubeta de hielo, una botella y dos copas; mientras que al centro de la cama tenían varios pétalos formando un corazón rojo y una tarjeta de felicitaciones a los recién casados.

-Es porque te lo mereces cariño, mira esa sonrisa..es preciosa- se separo para tomar de sus mejillas- y tuve que controlarme, hubiera hecho esto más llamativo pero se que no te gusta tanto-

-Gracias.. creo que me hubiera sentido abrumado- lo abrazo de nuevo- te amo-

-También te amo..- busco sus labios para darle un beso lento y profundo.

-Venía cansado pero.. creo que esos hielos no durarán mucho, deberíamos aprovechar- mordió su labio inferior.

-Lo que tu digas y mandes- avanzaron lentamente hasta la cama.

Second ChancesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora