Fenrir Greyback
Llevamos casi tres días copulando y mi omega no se cansa, tiene un apetito voraz, insaciable. La mayoría de las veces son coitos breves donde lo único que aúlla es que lo anude sin demora. Me sirve cualquier cosa que me pida por esa boca, me sirve que huela a mí y yo a él, que me marque con sus feromonas y gimotee roto de necesidad, con ese cuerpo tembloroso pidiéndome a gritos que lo empotre contra cualquier pared. Más me sirve que me llame alfa a cada momento entre suspiros y jadeos, que me abrace y se frote deshaciéndose en mimos y ronroneos, que reluzca su hermosura acentuada por el brillo del sudor y los fluidos entregándose a mí lo nunca visto, o que clame mudo ser criado y sonría vergonzoso cuando le traigo bandejas surtidas de su comida favorita. Absolutamente todo me sirve, aunque no me ame...
Sé que no es fácil olvidar lo que hice, pero soy paciente y estoy dispuesto a esperar lo que haga falta para sentir el tan ansiado sentimiento. Borraré con mis atenciones esos recuerdos amargos, con mi cuerpo solícito y los latidos apresurados de mi corazón, que se mueven por y para él, únicamente por él...
Lo amo, y el sentimiento explota en mi interior en su presencia o en el recuerdo, agita mis entrañas en cada cruce de miradas o cuando lo observo dormir plácidamente mientras me mantengo despierto a base de cafés, bebidas energéticas o viendo la tele. Ojalá fuera suficiente su cuerpo y su animal, ojalá pudiera conquistar su corazón como él ha conquistado el mío. Empiezo a no reconocer más ley que su suave voz suplicándome que lo abrace y lo bese, que lo tome de cualquier manera, como cuando nos duchamos y lo sostengo de los muslos al tiempo que él se cuelga de mi cuello, mientras barre con su aliento mis labios. Y es en ese instante repetido que el dejà vu regresa infinidad de veces a nuestra memoria, un instante en el que desearía reescribir nuestra historia y decirle si lo nota, sin embargo, él nunca responde. Después de varias veces desistí, y supe que la borrachera de felicidad duraría lo que el celo, pues Pomie tenía razón; el recuerdo le quema y es Bill de quién hablamos, no de su lobo. Debería bastarme, pero de él quiero más, lo quiero todo.
...
El celo ha terminado y la tierra se ha abierto a mis pies, apenas culminan los últimos coletazos del sexo, cuando ya casi no hacía efecto el celo, y me pregunta cuánto voy a pagarle. Mi corazón se aprieta y una sensación ácida se eleva desde el estómago a la garganta agarrotada. Él nota mi malestar pero muestra una fingida indiferencia.
—No puedo recordar cuántas veces lo hemos hecho. —Soy sincero, una infinidad incalculable, y obvio que yo no llevé la cuenta porque no pensé que quisiera cobrarme.
—Treinta y seis veces, sin contar las cópulas cortas.
—Okey…
Ha llevado la cuenta en estado febril…
—¡Aunque bueno...!
Parece que se piensa algo, su mirada se pierde y luego vuelve a mirarme, sintiéndose igual de incómodo que yo.
ESTÁS LEYENDO
IV En el corazón del lobo (Saga lobo)
Fanfiction✨Omegaverse Fenbill✨ Fenrir Greyback, apodado «El lobo infernal» es un alfa pura sangre perteneciente a la organización criminal más importante de Inglaterra. Despiadado y mortífero, no conoce la misericordia ni el perdón. Pero todo cambiará cuando...