✨Omegaverse Fenbill✨
Fenrir Greyback, apodado «El lobo infernal» es un alfa pura sangre perteneciente a la organización criminal más importante de Inglaterra. Despiadado y mortífero, no conoce la misericordia ni el perdón. Pero todo cambiará cuando...
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~•~
—Mam, mammaaa...
Una mujer de mirada fiera y porte amenazante descendió por la escalera irradiando dominación y cólera. Su cabello negro lo llevaba recogido en un moño bajo y sus labios se veían prietos, abultados por los colmillos.
—Mam, mamaama... Ahhh mamá...
El bebé se desenganchó de su pantalón y caminó torpe hasta ella agitando las manitas en alto, pidiendo ser alzado en brazos. Ella lo miró igual que a un insecto repugnante, torció el gesto y se alejó un paso, rehusando el contacto que con tanta insistencia le pedía el pequeño. Bill intentó moverse, interponerse entre esa alfa y el pequeño, pero una fuerza invisible lo mantenía paralizado.
—¡Maaa! Ah ma-m —balbuceó contento, rogando que lo abrazara.
—¡CÁLLATE! —rugió la mujer mirándole desde arriba con ojos ambarinos—. ¡Como vuelvas a abrir la puta bocaza, te reventaré la cara de un zarpazo!
El bebé se quedó paralizado y empezó a temblar de pies a cabeza entre gimoteos, orinándose encima.
—¡Cuando yo hablo, tú te callas! —Lo apretó fuerte de un brazo y lo arrastró a trompicones hasta la pared.
El pequeño Fenrir convulsionó con mayor violencia y rompió a llorar desconsoladamente.
Bill intentó moverse pero solo le llegaban pensamientos y sentimientos difusos del bebé. Quería que su madre lo abrazara y lo sacara del sótano, quería comer y beber, que le quitaran el pañal porque sentía escozor, pero nada de eso pudo decir porque no sabía hablar, y su capacidad mental no le daba para nada que no fuera llorar de miedo, sin entender porqué le gritaba.
—Maaaaaaaaaaa....—gimoteó haciendo un puchero mientras su madre lo zarandeaba del brazo con brusquedad.
—¡Mira eso de ahí! ¡Mira!
Señaló una esquina del sótano, Bill y Fenrir giraron la cabeza y siguieron su dedo para ver el cuerpo de un animal tendido en el suelo.
—¡¿Ves eso?! —Comenzó a atizarle en la espalda brutalmente con la mano abierta—. ¡Niño malo, niño malo! —Le golpeaba tan fuerte que necesitaba sujetarlo del brazo para poder atinar.
—¡Ahhhh no mamamamama no pupa.
Fenrir gritaba lloroso recibiendo golpes por todas partes.
