3 - Un gran problema

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Semanas después

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Semanas después...

—Greyback —susurró el Boss con voz aterciopelada—, quiero que declares tus negocios sucios a la organización.

—¿Otra idea del Underboss? —cuestionó con una mueca torcida.

—Lo hemos discutido ambos y creo que es lo mejor. No te preocupes, no debes dar ningún porcentaje adicional al que ya das, simplemente queremos estar al tanto de las operaciones paralelas de nuestros miembros, por si sucede algo y nos viene la poli a vernos las caras de tontos.

Lucius esperó a que Fenrir les sirviera dos copas de whisky, cuando lo hizo, ambos se sentaron en los sillones de la sala de reuniones de Malfoy Manor y disfrutaron de sus bebidas.

—No me gusta dar explicaciones de mi vida privada, Boss...

—Lo interpretas mal, querido Greyback. No pretendo inmiscuirme en tus asuntos, menos aún decirte cómo tienes que manejar tu vida privada, pero debemos estar preparados para cualquier eventualidad, cubrir nuestro rastro, tener ideas preparadas... Saber el alcance de los negocios nos ayudará a saber el alcance de los problemas.

—¿Es que acaso me salvaríais el culo?

—Los mortifagos nos ayudamos entre nosotros.

Fenrir dudó frunciendo el ceño. Los mortifagos se ayudaban en todo lo referente a la organización, más allá de eso, sálvese quien pueda.

A Lucius no le hizo falta leerle la mente, con esa mueca recelosa nada disimulada tuvo suficiente para adivinar sus pensamientos. Sonrió  ladino y continuó. —Soy consciente de que desprecias a mi Underboss y su Onderboss, pero el omega de Draco es más listo de lo que parece. Tiene experiencia con la mafia italiana y recalca nuestros puntos débiles. Precisamos hermandad y unión para ser fuertes e imbatibles, por eso debemos ayudarnos hasta las últimas consecuencias.

—¿Sin dar nada a cambio? —cuestionó con escepticismo.

—Ya nos das, Greyback, y yo estoy de acuerdo en que eres de los efectivos más valiosos de la organización. No querría que el día de mañana tuvieras problemas y no pudiéramos ayudarte.

—Bueno, mi único negocio turbio es ejercer del banco de Inglaterra a intereses competitivos.

Lucius Malfoy cabeceó satisfecho y continuaron hablando de los detalles de su negocio privado.

*

Fenrir Greyback
Tlf; xxxxxxxxxxxx 

Así rezaba la tarjeta que ese Alfa le extendió a Bill por debajo de la puerta de los lavabos. El omega le echó un breve vistazo y después tiró el contacto por el retrete. Si resultaba criado, se desharía de él o lo tendría sin decirle ni reclamarle nada. Jamás en su sano juicio permitiría que un alfa de ese calibre y temperamento estuviera presente en la vida de su cachorro, menos aún en la suya.

IV En el corazón del lobo (Saga lobo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora