Estacionaron en el parking del centro comercial y se apearon abrazándose de cintura y hombros para encaminarse dentro. Bill no recordaba haber vivido una situación semejante con Fenrir, lo más cercano fue ir juntos a comprar unas pocas veces en el súper más próximo de casa.
—Fue lo único que se me ocurrió —habló de pronto el omega mientras paseaban por las tiendas—. Mi coartada consistía en que me dieras una paliza y me rechazaras para convencer a Tom de que no me querías como tu omega, y así liberarme de su orden.
—Cuando Lucius me contó lo que le dijiste, todo empezó a cobrar sentido en mi cabeza. Ya me parecía extraño que quisieras que te pegara.
—Ya… —Suspiró abatido—. Si quisiese terminar contigo, te rechazaría yo mismo, no soy tan cruel como para querer hacer todo eso y… —Otro suspiro escapó trémulo— ya ves, tanto dolor, para que luego nada saliera como yo esperaba; no supe qué más hacer. La otra opción era explicarte, pero jamás me atreví por si Tom cumplía sus amenazas. A lo máximo que llegué fue el mensaje camuflado en nuestras visitas-
—No te tortures por eso. —Le interrumpió, dando un apretón de ánimos a sus manos entrelazadas—. Es difícil idear bajo presión, hiciste lo que pudiste. —Esperó unos segundos a que Bill continuase, pero al verlo tan afectado, habló él—. Cuando descubrí que habías intentado matarme, sentí casi de forma literal romperme en mil pedazos. Se me fueron las ganas de vivir al creer que me odiabas y que solo tu instinto quería estar conmigo. Me rendí…
—Yo-yo no te odiaba, pero sí te guardaba mucho rencor.
—Me alivia saber que tu odio no era mayor que tu amor. Estaba tan mal que no veía más allá de las discusiones; ignoré el vínculo y las feromonas. Jamás he tenido que perdonarte nada porque me merecía todo aquello, y también que merecía morir. Realmente lo deseé cuando perdí completamente las esperanzas en lo nuestro. Solo me quedaba hacer algo altruista por una vez: liberarte, quitándome de en medio. —Su omega luchaba por no romper a llorar en medio de las tiendas atestadas de gente—. Cuando desperté contigo a mi lado diciéndome que me amabas, rogando mi perdón, tan aferrado a nosotros… lo achaqué a tu dependencia instintiva y emocional. Estaba convencido de que me tenías miedo.
—Antes sí, pero durante nuestra mala temporada dejé de temerte. Ese miedo que sentiste era por lo que haría Tom cuando descubriera que no te había matado, y también por la culpabilidad de intentar matarte y poner en riesgo la vida de mi familia al no hacerlo. Un caos, me sentía un cobarde fracasado.
Fenrir sonrió pesaroso. —Fíjate qué curioso, yo también me sentí un cobarde fracasado. Y los dos únicos momentos de valor y altruismo fueron comerme la comida, rechazarte y pudrirme en la cárcel.
—Yo creía que de verdad me repudiabas y que me odiabas.
—Jamás, mi vida.
—Pues tu altruismo hacía aguas en nuestras visitas.
—Una cosa es lo que quería y otra lo que podía. Una parte de mí quería romper tus cadenas para que rehicieras tu vida y que alguien te hiciera feliz, amándote como yo no supe hacerlo. Pero mi amor y mi instinto eran demasiado fuertes, y me consumía el solo pensar que yo no formaría parte de tu futura felicidad.
—¿Mis papelitos de advertencia no te sirvieron? ¿No te dieron ninguna pista de que mi amor era auténtico? Yo nunca quise matarte…
Fenrir suspiró pensativo después de besar sus labios. —Lo que supuse cuando lo leí fue que cabía la posibilidad de que alguien te hubiera encargado el trabajo, sospeché de Tom, aunque no le di importancia y no se lo dije a nadie. Me daba igual todo. No me permití alimentar mis esperanzas en lo nuestro ni en suponer que me amabas de verdad, esperé sentado a que me mataran, fuera quien fuera porque, repito: quería morir.
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IV En el corazón del lobo (Saga lobo)
Fanfiction✨Omegaverse Fenbill✨ Fenrir Greyback, apodado «El lobo infernal» es un alfa pura sangre perteneciente a la organización criminal más importante de Inglaterra. Despiadado y mortífero, no conoce la misericordia ni el perdón. Pero todo cambiará cuando...