—¡Ni se te ocurra morirte! P-por favoooor —gritó, roto de dolor—. ¡Ese corazón es míoooo!
—S-siempge se-hgerá t-tuyo…
—¡Ah! ¡Aaah!
El omega boqueó sorprendido al caer en una idea en la que aferrar sus esperanzas. Miró la glándula de su alfa con ojos desquiciados y acto seguido se lanzó sin pensarlo a su cuello, rompiendo con los colmillos la piel gruesa y dura que protegía la fuente feromonal, dominado por la ansiedad. Continuó hincando con fuerza hasta que finalmente consiguió penetrar la glándula, y las feromonas explotaron perfumadas de amor dentro de su boca. Y justo en ese momento, el corazón de Fenrir pulsó su último latido.
Bill no se permitió sucumbir al terror de saber que no latía, estaba logrando marcarle y, por tanto, aún albergaba esperanzas. El estallido de feromonas inundó el cielo de su boca y después viajó a su propia glándula para conectarse, mantuvo posesivo la mordida empleando toda su voluntad en avivar el pulso cardiaco de su Alfa.
“¡Eres mío! ¡Eres mío! ¡Vive!”
Le hacía falta el puente, el vínculo, este tardó apenas un segundo en materializarse en infinidad de filamentos que nacieron en su corazón y se enroscaron sobre sí mismas en una gruesa espiral, creando una cuerda sensorial. Y como si fueran raíces en movimiento, se lanzaron al pecho del alfa adentrándose en su interior y se enraizaron en el corazón parado.
Fue notar el establecimiento de la conexión y su propio corazón despertó batiendo apresurado y generándole taquicardia. Cada latido azotaba el nexo con un potente vibrato que enviaba una descarga energética al otro extremo del canal, golpeando mágicamente el músculo cardíaco.
—Señor Weasley, desista. Ha muerto…
Bill desoyó el murmullo de fondo, el ajetreo y las manos queriendo apartarlo de él. Se aferró con garras y colmillos al cuerpo y el cuello de su alfa, dispuesto a usar su último aliento para dárselo a él.
¡Bum bum, bum bum!
Dos corazones, un ritmo.
Las ondas de los latidos viajaron de un extremo a otro reanimando incansablemente. Cuanto más tiempo pasaba, más fuerte y rápido se volvía el pálpito.
¡Bum bum, bum bum!
—¡No me lo puedo creer! —oyó que decía la doctora a su lado—. ¡Traed la camilla, rápido!
Bill gruñó abrazado a Fenrir, con la boca encajada en su cuello y resistiéndose a soltar la mordida. Él solo notaba un corazón vivo, una cadencia potente que golpeaba su pecho, causándole un dolor grueso. Sin embargo, el vacío que por tanto tiempo había sentido en su interior se estaba diluyendo, y eso le hizo tomar conciencia de su alrededor.
—¡Señor Weasley, suéltelo! ¡Ha recuperado el pulso!
Soltó la mordida y levantó la cabeza con la boca chorreante de sangre para mirar el corazón expuesto en su pecho abierto.
—¡Late! —exclamó en un sollozo.
El silencio del recinto imperaba espectador. La doctora lo arrancó de sus brazos y dos enfermeros lo subieron rápidamente a una camilla.
—¡¿A dónde os lo lleváis?! —preguntó, incorporándose rápido y yendo tras ellos.
—Al Saint Thomas. Señor Weasley, usted no puede presentarse así en un hospital. Límpiese y-
—¡No pienso separarme de él! —gritó angustiado.
Una mano enguantada detuvo su caminata apresurada por el pasillo y giró bruscamente para descubrir que era el Boss. Ver una cara conocida desinfló su rabia, su actitud defensiva.
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IV En el corazón del lobo (Saga lobo)
Fanfiction✨Omegaverse Fenbill✨ Fenrir Greyback, apodado «El lobo infernal» es un alfa pura sangre perteneciente a la organización criminal más importante de Inglaterra. Despiadado y mortífero, no conoce la misericordia ni el perdón. Pero todo cambiará cuando...