19 - Ceremonia (continuación)

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Aylah bajó la cabeza hacia su plato mientras sus mejillas se ponían rojas. Sonaba raro si lo decía de esta manera, pero era totalmente cierto. Sintió una mano acariciando su cabeza y giró la cara hacia Kadir asombrada por este gesto. Él solo le sonreía de manera amable. Entornó los ojos en su dirección como si le molestara que la consolara como una niña pequeña.

- El juramento de un caballero solo se da una vez en la vida, es algo de lo que no me puedo retractar y el hecho de dárselo a otra persona significaría traicionarte – Aylah lo miraba con los ojos muy abiertos mientras su corazón latía con fuerza dentro de su pecho ante la seriedad con la que le hablaba – seré tu caballero para siempre, así que cuando quieras huir solo tienes que hacérmelo saber, vendré a salvarte de cualquier peligro – Esos ojos rojos como rubíes que la miraban fijamente estaban siendo totalmente honestos.

Aylah lanzó una mirada aburrida a su alrededor y dió un profundo suspiro.

- Quisiera simplemente poder irme, no me gustan estas personas, no quiero estar aquí

La cara de Kadir se puso seria de repente mientras miraba a los invitados. Esto era solo un evento social, ninguno de los presentes en realidad se preocupaba por ellos o le interesaba como se sentían en realidad. Solo habían venido por el honor de ser invitados a una fiesta como esta, solo eran un gran grupo de hipócritas oportunistas que buscaban el favor de la realeza.

- Entonces permítame rescatarla del peligro lady Aylah – dijo Kadir de repente extendiéndole su mano con una profunda reverencia mientras la niña lo miraba encantada y asentía emocionada tomándola.

Se levantaron tan de repente que solo algunos notaron que se estaban retirando. La mayoría de los invitados solo seguían en sus ruidosas conversaciones mientras comían y bebían a sus anchas disfrutando de la celebración. La princesa Leydha le dirigió una mirada cómplice a Kadir y un leve asentimiento con su cabeza aprobando su escapada mientras agarraba a su esposo por el brazo evitando que fuera tras ellos.

Corrieron por los pasillos como dos niños traviesos, Aylah solo corría frente a él como un cachorro al que le quitaron la correa guiándolo por el interior del enorme castillo sin detenerse ni por un instante. Tenía demasiada energía y resistencia para ser tan pequeña pues Kadir calculaba que habían ido bastante lejos. Se detuvo de repente en un jardín interior con un enorme balcón lleno de enredaderas que daba hacia el pueblo. La imagen de las luces encendidas a lo lejos asemejaban ser joyas doradas que flotaban en medio de la oscuridad reinante. Estaban tan lejos del comedor que solo podía escucharse el sonido de las cigarras en el silencio y algo de la lejana música que animaba a los pobladores en su alegre fiesta.

Con rapidez Aylah se quitó los zapatos y con una tremenda agilidad se subió a la baranda del balcón y se sentó. No le dió tiempo a Kadir para reaccionar y no parecía temerle a la altura que había desde el balcón hasta el vacío del otro lado. Ella lo seguía sorprendiendo a cada segundo, tenía dos hermanas menores pero no eran ni de cerca tan temerarias, ni sus padres les permitirían este tipo de comportamiento. El hecho de imaginarse a Shyah o Zherya trepando sobre un balcón era hilarante, la primera se negaría rotundamente si no le daba al menos una buena razón por la que una señorita noble debería hacerlo, y la segunda solo lloraría diciendo que era incapaz de lograrlo.

Se acercó a Aylah que balanceaba sus pies en el aire mirando a lo lejos. Esta niña, esta futura princesa era todo un misterio para él. Cuando creciera, se iba a convertir en una adulta muy interesante. De todas formas ya había aceptado su compromiso, así que verle el lado positivo era muy importante. Se sentó a su lado disfrutando del mismo paisaje en silencio. No supo cuanto tiempo pasaron así hasta que una voz femenina los interrumpió.

- Veo que se están llevando muy bien

Ambos se giraron al unísono, Leydha los miraba con cara de satisfacción y se acercó a ellos con un pequeño cofre en sus manos. Lo abrió cuando se acercó lo suficiente. Dentro habían dos finas cadenas doradas, de las cuales pendían sendas gemas ovaladas de lo que parecía ser diamante o algún tipo de cristal transparente.

- Normalmente los novios suelen entregarse una prenda a juego que simboliza su futura unión, le dije a tu padre que nosotros nos encargaríamos de esto – dijo dirigiéndose a Kadir – no le gustó mucho la idea, pues el novio es quien normalmente lo hace, pero en nuestro caso queríamos hacer algo especial para nuestra hija – les hizo un gesto para que cada uno tomara una cadena – mi esposo les puso un hechizo especial a estas gemas Zhetitreh que solo ustedes pueden usar, acérquenlos y vean que es lo que pasa

Ambos acercaron las gemas hasta que se tocaron, inmediatamente un círculo mágico emergió justo donde se tocaron emitiendo una fuerte luz azul. Una neblina púrpura los envolvió de repente y luego simplemente se metió dentro de las gemas que comenzaron a brillar con un hermosísimo tono violáceo mientras la neblina ahora se movía en su interior de manera misteriosa.







Destinada a renacerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora