13 | La tercera guerra mundial

1.4K 70 103
                                    

Chloe

«LA TERCERA GUERRA MUNDIAL»


👑 3/3


Hoy tenemos la última actuación de nuestra Gira Barial en el AMOUR, y la pregunta de «¿Qué narices vamos a hacer después?», me está robando un poco el sueño.

La idea del videoclip que Ryan me comentó el otro día ha llegado a los oídos de Laia más pronto que tarde, y lleva todo este tiempo insistiéndome en que lo hagamos. Y es que me parece que mi querida amiga, de pronto, se ha olvidado del pequeño de detalle de que no somos multimillonarias.

No solo quiere que grabemos un videoclip, sino que también imprimamos pósteres nuevos y, lo más importante, que hagamos más copias de nuestro disco.

Nos quedan solo 3 ejemplares. La verdad es que decir que nuestro disco se ha vendido, me parece un completo sueño.

—A ver, el precio incluyendo: el material de grabación que hay que utilizar, la postproducción, maquetación y edición (teniendo en cuenta que voy a poneros en manos de gente buena y amiga mía); serían unos novecientos euros, o más bien, mil y poco (sin cobraros mi trabajo), de nada. —Izan nos guiña el ojo.

Ya.

Mil y poco.

¿Y de dónde narices sacamos mil y poco euros?

—Es un buen precio teniendo en cuenta que vais a utilizar vuestro espacio propio y que el atrezo de por sí ya lo tenéis. —Señala la "decoración" del garaje—. Os ahorráis bastante pasta con eso.

Yo dejo caer mi espalda en el puf, y mi cabeza se queda mirando al techo.

Mil euros solo el videoclip.

La verdad es que ahora entiendo por qué Laia y yo no hemos empezado con todo este "emprendimiento" de darnos a conocer de esta forma antes, si es que creo que las dos dábamos por hecho que todo eso costaba mucho dinero y que estaba bastante lejos de nuestro alcance.

—Yo podría pasarme por aquí de nuevo a principios de agosto. Me tendríais que decir si sí o si no con al menos dos semanas de antelación para gestionar y preparar todo... El videoclip lo tendríais para principios de septiembre —añade.

Izan dice varias cosas más, pero yo tengo aún la mirada clavada en el techo asimilando muchas cosas. Cosas, entre las que se encuentra que A Fuego Lento, nuestra propia cuenta oficial de Instagram que Laia se empeñó en crear y que yo la prohibí (por cierto), tiene casi once mil seguidores.

Esas once mil personas nos conocen, pero también esperan recibir algo de nosotros. Algo que les guste, algo que les haga permanecer y, aquello de nuevo, me despierta el sentimiento de no ser capaz de hacerlo.

Cuando A Fuego Lento tan solo existía en mi cabeza, tenía la certeza de que todo el mundo lo adoraría... Ahora que no está solo en mi cabeza, empiezo a dudar mucho de esa idea.

«Vale ya, Chloe.» 

Algo, que no logro distinguir muy bien qué es, me golpea en la cabeza.

Luego me doy cuenta de que Laia me ha lanzado un objeto desde la otra punta del garaje para llamar mi atención. Seguramente me ha estado llamando, pero yo no la he escuchado por andar inmersa en mis pensamientos negativos.

Cuando miro a mi alrededor, me doy cuenta de que Izan ya no está y que yo ni me he enterado de que se ha ido.

—Yo puedo poner ese dinero —dice Ryan. Está sentado en una silla de escritorio a un par de metros enfrente de mí.

A fuego lento ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora