A fuego lento ©

15 | ¿Premio o castigo?

Chloe
☆
«¿PREMIO O CASTIGO?»

Laia y yo nos pusimos de acuerdo para crear un calendario en el que quedaran reflejadas todas las fechas importantes que vamos a tener de aquí en adelante.

Entre esas fechas importantes, está incluido el día de grabación del videoclip.

Ambas llevamos trabajando varias semanas en una de las cafeterías más famosas de Gandía, con el objetivo de recaudar dinero y poder pagar tanto el videoclip como las nuevas copias del disco, además del nuevo póster de la banda. Hay muchísimas cosas que hacer, y muy poco tiempo para ello.

El trabajo nos quita más de ocho horas porque ambas estamos haciendo doble turno. La cafetería está a rebosar de gente a causa de las vacaciones de verano, y no paramos ni un solo segundo quietas. Tanto es el cansancio que acumulamos, que al final del día, cuando llegamos a casa, ni hablamos. Tan solo nos damos una ducha, cenamos en silencio, y caemos redondas en la cama.

Eso es un gran problema, porque las nuevas canciones no se componen solas... Tampoco se hacen solos los pósteres, ni las llamadas telefónicas, y mucho menos los nuevos discos. Esta vez hemos encargado cien ejemplares. Cien ejemplares que estarán a la venta en Cocoloco cuando actuemos allí la próxima semana.

Aquello también me tiene bastante nerviosa..., aunque por suerte no me quita el sueño, ya que al cansancio físico no le vence a nada ahora mismo.

Me sigue pareciendo increíble que vayamos a actuar en una de las discotecas más famosas y que haya entradas a la venta para ir a vernos.

¡Entradas a la venta!

Casi 500 entradas.

De momento llevamos unas doscientas cincuenta vendidas, y eso significa que doscientas cincuenta personas van a ir a vernos.

Laia dice que no le parece tan disparatado. Dice que es normal que haya esa cantidad de gente esperando a un día en el que nosotros salgamos, hagamos nuestra humilde actuación, y nos vayamos, pero a mí me parece increíble que existan personas que de verdad haya pagado por ir a vernos...

Si preguntáis por el mundo de las redes sociales, diré que eso sí que está ahora mismo jugando en otra liga de lo surrealista para mí.

Tenemos casi treinta mil seguidores en nuestra cuenta oficial (la que Laia maneja), y la primera cuenta de fans que se creó, casi va por los cincuenta mil (suben contenido a montón).

Si os digo que el vídeo donde Ryan y yo salimos haciendo nuestro "espectáculo" en la última actuación en el AMOUR lleva un millón de visualizaciones acumuladas, parece que os estoy tomando el pelo, pero es completamente cierto.

—Laia, esto se nos está yendo de las manos —le comento a mi mejor amiga cuando ambas estamos en nuestra pausa para comer.

—Tía, estamos teniendo mucha suerte, pero es una suerte que nos estamos ganando a pulso, Chloe. Llevamos casi dos años viendo cómo la gente pasa de nosotras cada noche. Nos merecemos que por fin nos den la atención para la que hemos trabajado y seguimos trabajando.

—¿Crees que podremos dar lo que esperan de nosotras siempre? —le pregunto aquello que desde hace unas semanas no me puedo sacar de la cabeza. Me da miedo que lo que hacemos no sea suficiente...

—Siempre damos la mejor versión de todo, Chloe. Nos lo curramos mucho —confiesa, llevándose un bocado de su comida a la boca.

Ya, en eso tiene razón.

—¿Por qué no estás acojonada? —quiero saber, cuando siento que tiene una tranquilidad demasiado... inquietante para mí.

Mi mejor amiga se encoge de hombros.