Extra 2 | She said, "Fuck me like I'm famous" I said, "Okay"

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Chloe

«SHE SAID, "FUCK ME LIKE I'M FAMOUS", I SAID, "OKEY"»


EXTRA +18


Junio, 2021


A pesar de que las cosas hayan cambiado bastante, hay muchas otras que nos hemos negado a que lo hagan.

Por mucho que durante todos los últimos años de mi vida haya deseado irme de Gandía, cuando realmente he pasado tanto tiempo fuera, lo he echado de menos.

Ahora que no vivimos ahí, que la tienda de tatuajes de Joel ya no es el lugar donde poder bromear, donde el apartamento de Laia ya no es el lugar donde nuestras canciones se pueden componer, o donde el garaje que alquilamos para poder ensayar, ahora le pertenece a otros, hay un sentimiento en mi interior que siempre me hace suspirar.

Adoro mi presente, pero cuando pienso en todo lo que viví desde mayo de 2019 hasta ahora, siento mucha nostalgia.

Ha habido momentos muy malos durante esos meses, pero hubo tantos cambios en mi vida también, que, por un lado, moriría por volver a empezar de cero ahora que sé cuál es el resultado de todo.

Ahora que sé, que todo lo que viví durante todos esos meses, mereció demasiado la pena.

Bueno, volviendo un poco al presente, os comunico que hoy comienzan nuestras «vacaciones».

Llevamos desde enero haciendo gira, porque en diciembre sacamos nuevo disco. Hemos visitado Latinoamérica esta vez, hemos llenado un montón de recintos y estadios, y no hemos parado de ir de hotel en hotel, de avión en avión, y de auditorio en auditorio.

Necesitamos un descanso, y tras mucho debate, hemos decidido que vamos a pasar dos semanas en Gandía antes de volver a Roma, porque sí, el apartamento en el que vivimos durante tres semanas, terminó siendo nuestro.

Las madres de Laia y de Ryan no pueden estar más felices con nuestra decisión, y el pobre Joel, sobre todo.

Intenta seguirnos allá donde vamos, pero tiene responsabilidades en Gandía. La tienda de tatuajes sigue activa y más en auge que nunca, porque todo el mundo quiere tatuarse en el lugar donde el guitarrista cachondo y famoso de una banda de rock, ha estado trabajando durante años.

Hay un chico nuevo trabajando en su lugar. Se llama Marc, y Ryan, aunque no lo admita en voz alta, está celoso de que se haya apropiado de su lugar favorito de trabajo.

Pobre mío.

Aunque, para su suerte, Marc le ha dejado la que era (y será para siempre) su cabina, durante esta noche, porque Ryan ha perdido un reto, y le toca sacrificarse.

—Solo se vive una vez, Ryan. Túmbate en la camilla —le ordeno.

Él se santigua antes de hacer lo que le he dicho, y yo pongo los ojos en blanco, porque está siendo demasiado dramático. Tan solo le voy a hacer un tatuaje pequeñito.

¿Qué si he aprendido a tatuar en este tiempo?

No.

¿Qué si eso me va a impedir hacerlo igualmente?

Tampoco.

Cojo la máquina de tatuar y la acerco a su muñeca. Estiro la piel con los dedos de mi mano libre, y acerco la aguja al espacio desinfectado y depilado. No hay diseño, voy a hacerlo improvisando.

No sé si le estaré haciendo daño, pero no da ningún signo de que le esté doliendo durante los cinco minutos que tardo.

Cuando termino, me doy cuenta de lo mal que ha quedado.

A fuego lento ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora