Chloe
☆
«SEXÓPATA»—Juntaos un poco más... Un poco más...
Laia y yo juntamos todo lo que podemos nuestras espaldas, mientras que Ryan permanece pegado a nosotras, pero de frente.
—Vale, ahora necesito que vosotras dos arqueéis un poco vuestras espaldas y que inclinéis vuestro mentón hacia arriba —nos indica el fotógrafo a Laia y a mí.
Le hacemos caso, pero la imagen no debe terminar de convencerle, porque antes de pulsar el botón para sacarnos la foto por fin, baja la cámara y chasquea la lengua en señal de desaprobación.
—No, esto no es suficiente.... —murmura—. Necesito... Necesito sensualidad.
Laia y yo lo miramos a la vez.
—¿Sensualidad? —pregunta mi amiga con algo de confusión.
El fotógrafo asiente.
—Sois una banda de rock. Las bandas de rock desprenden sensualidad por todos lados.
—¿Y qué sugieres que hagamos? —pregunto yo.
Él se nos queda mirando por unos largos segundos con el ceño fruncido, mientras que con una mano se agarra el mentón de forma pensativa.
—Tú —señala a Ryan—, tócalas.
Los tres nos atragantamos con nuestra propia saliva.
¿Qué es lo que acaba de pedirle que haga?
—¿Cómo que... las toque? —pregunta Ryan con la voz entrecortada.
El fotógrafo (se me ha olvidado su nombre, lo siento) se acerca a nosotros. Cuando queda frente a mí, agarra la mano izquierda de Ryan.
—Sois profesionales, ¿no? —pregunta en un tono demasiado chulesco, pero antes de que alguno pueda contestarle, vuelve a hablar—. Pues supongo que podréis hacer creer que os encanta que vuestras pieles estén en contacto por un momento.
Cuando termina de decir eso, planta la mano de Ryan en mi abdomen. Juega con sus dedos hasta que consigue meter varios de ellos por debajo de mi camiseta de tirantes. Tiene la palma apoyada en mi estómago y los dedos enroscados en mi costado, dando la impresión de que es él quien me está levantado la camiseta a propósito. Si moviera un poco alguno de sus dedos, podría tocarme el contorno de los pechos.
—Muévete un centímetro y te corto las pelotas —le advierto, pero no parece muy atento a mí, porque está recibiendo indicaciones de cómo tocar a mi mejor amiga.
Asomo mi cabeza por el lado derecho para ver dónde tiene su otra mano, y descubro que está cerca del cuello de Laia.
—Vamos a parecer la portada de una peli porno —opino con honestidad.
—No sé si decir que me alegra saber que no tienes ni idea de cómo son las portadas de una peli porno —me contesta Ryan.
Giro la cabeza para mirarlo con una ceja alzada.
—¿No son así o qué?
Ryan se ríe, aunque es más una sonrisa divertida. No me contesta; tan solo se encoge de hombros, aún mostrándome los dientes, para dejarme con la duda o para que le insista la respuesta.
Me importa muy poco la verdad de si son así o no cuando mueve su enorme mano por mi abdomen, y en consecuencia siento una extraña sensación de hormigueo que me recorre todo el cuerpo.
Le golpeo la mano y lo mato con la mirada.
—Te he dicho que no la muevas.
—Lo siento.

ESTÁS LEYENDO
A fuego lento ©
RomanceChloe tiene un sueño: que su banda de rock y su música resuenen en los corazones de todo el mundo. Componer canciones ha sido lo que le ha salvado la vida después de sentir que todo estaba completamente destruido y perdido..., sobre todo ella. Sin...