𝙸𝙸𝙸 𝙴𝚕 𝚊𝚛𝚝𝚎 𝚍𝚎𝚕 𝚊𝚖𝚘𝚛

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𝙸𝙸𝙸 𝙴𝚕 𝚊𝚛𝚝𝚎 𝚍𝚎𝚕 𝚊𝚖𝚘𝚛

𝘌𝘭 𝘢𝘳𝘵𝘦 𝘺 𝘦𝘭 𝘢𝘮𝘰𝘳 𝘴𝘰𝘯 𝘥𝘰𝘴 𝘵𝘦𝘴𝘰𝘳𝘰𝘴 𝘪𝘯𝘷𝘢𝘭𝘶𝘢𝘣𝘭𝘦𝘴

𝘌𝘭 𝘢𝘳𝘵𝘦 𝘺 𝘦𝘭 𝘢𝘮𝘰𝘳 𝘴𝘰𝘯 𝘥𝘰𝘴 𝘵𝘦𝘴𝘰𝘳𝘰𝘴 𝘪𝘯𝘷𝘢𝘭𝘶𝘢𝘣𝘭𝘦𝘴

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Parecía que a Porchay le hubiesen hecho cosquillas en las costillas, no podía parar de reír mientras Wolfgang intentaba un vago esfuerzo por retratarlo. Llevaban saliendo una semana desde el desayuno que tuvieron el domingo... había sido una de las mejores semanas para Porchay.

El lunes fueron a cine, Chay descubrió que Wolfgang era amante al misterio y odiaba la comedia... ¡Dios! aunque no quiso, en ese instante recordó que Kim también odiaba la comedia. Pero después de eso, durante toda la semana, Kim quedó en el olvido, Chay solo podía pensar en los bonitos ojos de Wolfgang y en que lo hacía sonreír todo el tiempo mientras estaban juntos.

El martes, Chay decidió pagar una cena en uno de los mejores restaurantes de sushi, a Wolfgang le encantó, dijo que de ahora en adelante esa sería su comida favorita, casi no la consumía en Rusia.

El miércoles dieron un paseo por los museos, Chay ya los había visitado con Khun y Pete hace varios meses, y una vez cuando el colegio los llevó de excursión, pero ir con alguien que no conocía la historia de Tailandia era muy divertido.

El jueves volvieron a un bar pero esta vez fue diferente, Wolfgang le contó que en Rusia habían muchos bares clandestino para personas LGBTIQ+ ya que la población homofóbica era realmente basta, y que en secreto él había ido a algunos en su adolescencia, también le dijo que en uno de esos bares tuvo su primer beso gay con un chico igual de inexperto que él.

Esa noche, Chay se quedó con él en su habitación de hotel pero no sucedió nada, ni siquiera un beso, ambos se quedaron dormidos mientras hablaban de cosas triviales, hablar con Wolfgang era realmente fácil y relajante. Tenía mucho por contar y su voz era tan cálida.

Y hoy viernes estaban en un sitio de pintura, Wolfgang estaba concentrado tratando de dibujar bien a Porchay pero con sus constantes risas era imposible.

– ¡Chay, trato de hacer algo bien aquí! – exclamó Wolfgang con una sonrisa simpática

Chay apretó los labios – Lo siento, soy pésimo quedándome quieto –

El ruso continuó dibujando a su pesar y después de unos segundos, bajó los hombros.

– Bueno, creo que terminé –

Chay descansó los hombros y caminó hacia él, ocupó un taburete a su lado... cuando vio su "retrato" no pudo evitar reír ampliamente mientras se apretaba el abdomen.

– Por favor, dime que no es así como me ves – le dijo

Wolfgang miró el cuadro e hizo una mueca – Mi culpa, el modelo es más bonito –

AMOR ES AMOR - KIMCHAYWOLFIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora