𝚇𝚇𝚇𝙸𝚅 𝚁𝚘𝚓𝚘 𝚢 𝚊𝚖𝚊𝚛𝚒𝚕𝚕𝚘

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Aviso: Yo seee que se van a enamorar aquí jaja nos vemos abajo 


𝚇𝚇𝚇𝙸𝚅 𝚁𝚘𝚓𝚘 𝚢 𝚊𝚖𝚊𝚛𝚒𝚕𝚕𝚘

𝘠 𝘴𝘪, 𝘢𝘶𝘯𝘲𝘶𝘦 𝘯𝘰 𝘲𝘶𝘪𝘴𝘰, 𝘮𝘦 𝘥𝘦𝘫𝘰 𝘤𝘢𝘦𝘳...

𝘠 𝘴𝘪, 𝘢𝘶𝘯𝘲𝘶𝘦 𝘯𝘰 𝘲𝘶𝘪𝘴𝘰, 𝘮𝘦 𝘥𝘦𝘫𝘰 𝘤𝘢𝘦𝘳

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Mila tarareaba una canción en ruso mientras terminaba su tarea de Historia. Le había costado un poco acostumbrarse y tuvo varios choques culturales pero generalmente le gustaba mucho, le encantaba aprender cosas nuevas y ¿por qué? Estaba comenzando a hacer amigos, al menos ya nadie la miraba como "el bicho raro" ahora se sentaban con ella en las clases, la tenían en cuenta para decisión conjuntas y varias estaban enamoradas de su hermano, así que eso ayudó.

– Me gusta eso, hace mucho que no cantabas – dijo Wolfgang llegando hacia ella después de haber cocinado un delicioso Uja, una sopa a base de salmón. Era uno de los platillos favoritos de Mila.

La chica le sonrió a su hermano que ocupó un lugar en frente de ella poniendo los platos sobre la mesa.

– En casa no podía, mamá odiaba las canciones de cuna, decía que le recordaban a su pueblo y a su padre – susurró Mila bajando los hombros – ¿Has hablado con ella?

Wolfgang negó – No y no pretendo hacerlo después de lo que te hizo. He hablado con Kirill.

– Yo también, anoche lo llamé al celular de la nana, le dije que no dijera nada, espero que así sea – dijo Mila poniendo la servilleta de tela sobre su regazo – Dios, huele demasiado bien.

– Hace mucho no cocinaba este tipo de platillos – dijo Wolfgang con una sonrisa –

– ¿No cocinas para Kim y Chay? –

– Sí, pero básicamente cosas dulces porque Kim tiene un servicio de cocina las veinticuatro horas – respondió Wolfgang y torció el gesto – Creo que eso cambiará más adelante, si planeo mudarme con ellos definitivamente, me gustará cocinar.

Mila esbozó una sonrisa – Te ves muy emocionado, me agrada –

– Es que a pesar de las cosas malas que han sucedido, tenerlos a ellos y a ti es un aliciente y debo honrar el poder compartir con ustedes – dijo Wolfgang – Cuéntame, ¿cómo han ido estas dos semanas de instituto?

Mila inhala – Lo bastante aceptable para sentirme cómoda.

– ¿Ya has hecho amigos? – preguntó Wolfgang y se metió una cucharada de copa a la boca

Ella vaciló – No somos los íntimos amigos, pero es suficiente para mi por ahora...

Mila no quería pensar en Tai, la odiosa y molesta chica que no dejaba de importunarla cada que podía, se había convertido en una piedra en el zapato, a veces no se veían porque Tai estaba en otro salón a pesar que de compartían el mismo curso... ¡era tan estresante!

AMOR ES AMOR - KIMCHAYWOLFIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora