𝚇𝚇 𝙻𝚎𝚓𝚘𝚜 𝚙𝚎𝚛𝚘 𝚝𝚊𝚗 𝚌𝚎𝚛𝚌𝚊
𝘓𝘢 𝘧𝘢𝘮𝘪𝘭𝘪𝘢 𝘴𝘰𝘭𝘰 𝘴𝘰𝘯 𝘭𝘢𝘻𝘰𝘴 𝘥𝘦 𝘴𝘢𝘯𝘨𝘳𝘦, 𝘯𝘢𝘥𝘢 𝘮á𝘴.
Volver a Rusia se sentía como un castigo... el frío era todavía más insoportable y sentirse solo no ayudaba en absolutamente nada. Era agobiante y sorprendente cómo se podía apegar tanto a dos personas. El fin de semana que había vivido simplemente ha sido de los mejores en toda su vida, por no decir el mejor. Y solo podía pensar... ¿cómo iba a soportar tanto tiempo sin ellos? Sin la mirada hermosa de Kim o sin la sonrisa angelical y pura de Chay... sin sus besos, sin sus abrazos, sin dormir juntos... mierda.
Sí, sería una tortura. El auto lo recogió en el aeropuerto después de un largo viaje en clase alta, a Wolfgang particularmente le gustaba dormir mientras viajaba, pero esta vez no pudo hacerlo.
– Señor Volkova – saludó Pierre, un gentil italiano chofer de la familia desde que tenía uso de razón
Wolfgang lo saludó con una sonrisa – Hola, Pierre – estrechó su mano – ¿Te alegras de verme?
– Omsk no es lo mismo sin usted –
Ambos se rieron al entrar en el auto, el recorrido del aeropuerto a su casa era de treinta minutos o más dependiendo el tráfico, y esta vez, se le hizo realmente corto. El clan Volkova vivía en una hermosa mansión pomposa, se trataba de edificaciones altas, con ventanales enormes, escaleras lujosas de un mármol brillante e impecable, de puertas adoquinadas, en uno de los barrios mas prestigiosos de la ciudad. Era un estilo arquitectónico modernista.
De nuevo en casa, volvía a la realidad después de estar en un sueño. Un hermoso sueño. Cuando traspasó el enorme portón, escuchó la risa encantadora de Mila, su hermana.
– ¡Wolfgang! – exclamó corriendo hacia él
El joven extendió sus brazos hacia ella y la rodeó cuando lo abrazó, ambos sonrientes. La había extrañado, Mila era el alma de la casa, tan alegre y avispada, era un jovencita muy espontánea, nada idéntica a su madre, que era parda, frívola y... a veces, cruel.
– ¡Mírate, estás más hermosa! – exclamó Wolfgang tomando sus manos
– Y tu más grande – lo golpeó en el pecho – Y traes una sonrisa, dime... ¿qué fuiste realmente a hacer en Tailandia?
Wolfgang colocó los ojos en blanco – Te contaré después, chismosa – pellizcó su mejilla – ¿Cómo ha estado todo por acá?
Los empleados comenzaron a llevarle té de bienvenida y llevaron sus pertenencias a la habitación.
– Papá está en reuniones constantes, creo que las cosas están tensas... debes hablar con él, incluso mamá está más neurótica que siempre. Mikhail se cree que el rey de la casa, creo que le dará cólico cuando te vea de nuevo, y Kirill... está en natación, competirá en Japón – contó mientras se desplazaban hacia los jardines.
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AMOR ES AMOR - KIMCHAYWOLFI
Lãng mạnTERMINADA - 𝙴𝚕 𝚊𝚖𝚘𝚛 𝚗𝚘 𝚎𝚜 𝚙𝚎𝚛𝚏𝚎𝚌𝚝𝚘, 𝚎𝚕 𝚊𝚖𝚘𝚛 𝚗𝚘 𝚝𝚒𝚎𝚗𝚎 𝚞𝚗 𝚖𝚊𝚗𝚞𝚊𝚕 𝚍𝚎 𝚒𝚗𝚍𝚒𝚌𝚊𝚌𝚒𝚘𝚗𝚎𝚜, 𝚗𝚘 𝚝𝚒𝚎𝚗𝚎 𝚛𝚎𝚐𝚕𝚊𝚜 𝚢 𝚝𝚊𝚖𝚙𝚘𝚌𝚘 𝚜𝚊𝚋𝚎𝚖𝚘𝚜 𝚖𝚞𝚌𝚑𝚘 𝚜𝚘𝚋𝚛𝚎 é𝚕, 𝚙𝚎𝚛𝚘 𝚍𝚎 𝚕𝚘 𝚚𝚞𝚎 �...