𝚇𝙸𝙸𝙸 𝙵𝚞𝚎𝚛𝚘𝚗 𝚜𝚎𝚒𝚜 𝚖𝚎𝚜𝚎𝚜

348 35 110
                                    

𝚇𝙸𝙸𝙸 𝙵𝚞𝚎𝚛𝚘𝚗 𝚜𝚎𝚒𝚜 𝚖𝚎𝚜𝚎𝚜

𝘌𝘭 𝘢𝘮𝘰𝘳 𝘴𝘢𝘭𝘷𝘢 𝘷𝘪𝘥𝘢𝘴

Tres toques bastaron para que la puerta se abriera y Kim arrastrara hacia atrás a la persona que abrió, tres toques bastaron para que se miraron a los ojos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Tres toques bastaron para que la puerta se abriera y Kim arrastrara hacia atrás a la persona que abrió, tres toques bastaron para que se miraron a los ojos. Solo tres toques. Después de varios meses. Tres toques. El cuerpo de la persona colapso contra la pared del recibidor de la suite. Las lamparas titilaron y la alfombra debajo de ellos se arrugó.

– Kim – llamó el hombre tanteando con los dedos la mano que se cerraba en su cuello – Esto no es necesario.

Kim escuchó su voz, y algo en su interior despabiló la emoción de ira, rencor, resentimiento y dolor, incluso temor... lo soltó lentamente resbalando su mano y todavía mirándolo a los ojos. Inhaló y sin querer también arrastró su perfume, luego se movió hacia el centro de la habitación, los rodeaba grandes ventanales cubiertos por persianas, había una de ellas arriba permitiéndole la basta vista de la ciudad que hace mucho no visitaba.

– Tenemos que hablar, Wolfgang – había dicho Kim mirando todavía el ventanal

El más joven asintió, caminando hacia la barra de la suite y preparando dos Moscow Mule cargados de Vodka.

Kim recibió uno sentándose pesadamente en el sofá de cuero café y viendo como Wolfgang se acomodaba en frente. No había cambiado desde la última vez que lo vio en San Petesburgo. Seguía teniendo ese aura tranquilamente poderosa que cautivó a Kim cuando lo conoció, él era la personificación del océano: calmado, quieto, amable, adorable... sin embargo, en la tormenta podía volverse arrollador, indomable y peligroso.

Wolfgang podía ser dos personas en una.

– Bueno – Wolfgang movió su trago lentamente – ¿Esta visita es por Chay, verdad?

– ¿Tú qué crees? – dijo Kim con la voz áspera

Wolfgang asintió, y Kim se inclinó un poco hacia adelante apoyando los codos en sus rodillas.

– ¿Por qué Porchay? – preguntó mordaz. Diciendo el nombre de su ángel como si fuera prohibido. – ¿Fue por qué te hablé de él?

Kim solía controlar muy bien sus emociones, era un maestro realmente, pero cuando Chay se sinceró con él hace menos de treinta horas... su cerebro se desconecto, cuando le dijo que había alguien más, su estómago se encogió y el pecho le dolió pero había prometido ser mejor hombre para su ángel, había prometido que en el momento en que Chay lo aceptara de nuevo, iba a darle todo el motivo necesario para que confiara otra vez en él. Por más difícil que fuera.

No podía culpar a Chay de que le gustara alguien más... estuvieron un año separados y él mismo había... buscado a otra persona para compensar el dolor tan punzante que sentía por la perdida de la persona que más amaba en el mundo. Entonces, conoció a Wolfgang.

AMOR ES AMOR - KIMCHAYWOLFIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora