AVISO: No me gusta verlas tristes (lo juro) se que me paso de mala con las historias pero... bueno, ¿que sería la vida sin un poco de drama? no duden que las tqm.
𝙻𝙸 𝙿𝚘𝚛𝚌𝚑𝚊𝚢
𝘜𝘯𝘢 𝘱𝘦𝘳𝘴𝘰𝘯𝘢 𝘦𝘯 𝘲𝘶𝘪𝘦𝘯 𝘤𝘰𝘯𝘧𝘪𝘢𝘳
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UN AÑO DESPUES...
Primero de diciembre... y Porchay estaba haciendo las compras navideñas con Samantha su amiga desde que se mudó a Londres en Enero. El tintineó de las campanas en los árboles y el frío de la nieve era abrigador a pesar de que los dedos de sus manos se congelaban de a poquitos. Las personas en la calle saludaban alegres y los coros en cada esquina era música calmante para sus oídos.
– Seguramente a tu hermano le hará ilusión verte de nuevo después de un año – dijo Samantha
Chay asintió con una sonrisa ligera en los labios cuarteados, el frío solía ponerlos así por más bálsamo labial que usara... extrañaba el calor de Bangkok pero en su momento no hubiese podido salir adelante allí... no hubiese podido salir del agujero donde estaba enterrado vivo. Londres fue la alternativa más dolorosa pero la más efectiva. Recordarlo hizo un agujero en su estómago pero pronto suspiro, enternecido... había pasado ya un tiempo... podía pensar en aquellos días sin llorar... él había avanzado...
ENERO DE HACE UN AÑO...
Porsche lo contemplaba desde la puerta de su habitación, dos semanas después se habían convertido en toda una vida para Porchay... el dolor que sentía era tan horrible que incluso respirar se había vuelto un trabajo tedioso, constantemente tenía que tomar medicamentos para el dolor de cabeza, tampoco ha comido nada... y es que no siente hambre, lo único por lo que sabe que está con vida es por el dolor que siente, de resto... era como si viviera la vida en mute... todo silencioso, el palpitar de su corazón entristecido y los sollozos a media noche al levantarse y no verlos allí... bueno, eso era lo único real ahora: no estaban juntos.
– Chay – susurró entrando – No puedes seguir así, ya pasaron dos semanas.
Porchay se encogió más en la cama abrazando una almohada con el perfume de Kim y Wolfgang, antes de abandonar el apartamento había robado dos de sus lociones solo para eso, para sentirlos cerca cuando dormía... ¿Qué tan sano era eso? No sabe, pero ahí estaba... oliendo a ellos y así sé hacía menos horrible dormir.
– Chay... –
Pero él solo se dio la vuelta, sentía tanto frío... – Solo vete, hia – musitó con la voz fractura de tanto llorar. Y Porsche lo hizo, se marchó porque sabía que dé nueva cuenta no escucharía razónes. Se enfrascó nuevamente en los pensamientos que carcomían su mente día tras día... ¿qué estaría haciendo Wolfgang en Rusia? ¿Cómo estaría? ¿Qué estaría haciendo Kim? ¿Seguiría en el apartamento? ¿Cómo estaría? Y pensó después, si estuvieran juntos... ¿Qué estarían haciendo? Seguramente felices, como lo eran... amándose mucho, sintiéndose seguros y es que en ese momento, Chay sentía que lo había perdido todo en cuestión de minutos... había perdido todo su corazón, lo había dejado con ellos dos y la vida había consumido todas sus fuerzas... ¿que haría, entonces?
