𝚇𝙸𝚇 𝙴𝚕 𝚙𝚕𝚊𝚌𝚎𝚛 𝚍𝚎 𝚝𝚎𝚗𝚎𝚛𝚗𝚘𝚜 +𝟷𝟾

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Aviso: contenido explícito +18 


𝚇𝙸𝚇 𝙴𝚕 𝚙𝚕𝚊𝚌𝚎𝚛 𝚍𝚎 𝚝𝚎𝚗𝚎𝚛𝚗𝚘𝚜 +𝟷𝟾

𝘿𝙚𝙨𝙚𝙤 𝙦𝙪𝙚 𝙚𝙨𝙩𝙚𝙢𝙤𝙨 𝙟𝙪𝙣𝙩𝙤𝙨 𝙨𝙞𝙚𝙢𝙥𝙧𝙚... 𝙞𝙣𝙘𝙡𝙪𝙨𝙤 𝙨𝙞 𝙢𝙤𝙧𝙞𝙢𝙤𝙨

 𝙞𝙣𝙘𝙡𝙪𝙨𝙤 𝙨𝙞 𝙢𝙤𝙧𝙞𝙢𝙤𝙨

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Porchay abrió los ojos cuando su alarma comenzó a sonar a las siete de la mañana, tenía su primer clase a las once. Se estiró como un gatito viéndose abrazado por esos dos hombres que tanto iba a extrañar. Ese fin de semana fue perfecto, nunca pensó qué pasaría... ni en sus mejores sueños, o en sus sueños más locos, mucho menos pensar que Kim abriría su corazón a otra persona que no fuera él y estar bien con eso.

La vida puede dar muchas vueltas, eso es seguro. Wolfgang se removió perezosamente a su lado, de los tres el que más dormía era él, Kim solía levantarse incluso antes de la alarma, de hecho ya comenzaba a despertar, últimamente dormía más.

– Hola – saludó con la voz ronca mientras estiraba un poco sus piernas. 

– Buen día – saludaron Wolfi y Chay al unísono

Después Kim tiró de Chay y Wolfgang hacia él enfrascándolos en un nuevo abrazo silencioso, hasta que bostezó. 

– Mm, no quiero levantarme de la cama – ronroneó

– Yo tampoco, pero tengo un vuelo a las nueve – musitó Wolfgang

El silencio adornó la habitación.

Era cierto... Wolfgang partiría de Bangkok esa mañana... 

– Te extrañaremos mucho – dijo Chay girándose hacia él

La mirada azul de Wolfgang estaba entristecía, podía leerlo fácilmente. Wolfgang con ellos era un bonito libro abierto.

– Yo también a ustedes, ha sido el mejor fin de semana de mi vida – dijo Wolfgang – No imagino cómo lograré estar en Omsk sin los dos.

Kim hizo un mohín pellizcando su mejilla – Hablaremos todos los días. – mencionó – Por cierto, ya hablé con mis hombres en Rusia, ellos te contactaran apenas tengan resultados.

Wolfgang le sonrió – Gracias. – dijo metiéndo una mano por adentro de la camiseta de dormir de Chay y acariciándole suavemente el abdomen – Extrañaré mucho dormir con ustedes... pero, definitivamente extrañaré sus besos más que a nada en el mundo – comentó haciendo un puchero.

Kim ladeó la cabeza – Quizá... – comenzó, inclinándose un poco hacia adelante – Tenemos que darte algunos cuantos para que nos recuerdes, ¿no te parece, bebé? – le preguntó a Chay que ya sonreía

AMOR ES AMOR - KIMCHAYWOLFIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora