𝚇𝚇𝚇𝚅𝙸 𝙲𝚘𝚖𝚘 𝚌𝚑𝚘𝚌𝚘𝚕𝚊𝚝𝚎 𝚌𝚊𝚕𝚒𝚎𝚗𝚝𝚎

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𝘈𝘩𝘰𝘳𝘢 𝘮𝘦 𝘴𝘪𝘦𝘯𝘵𝘰 𝘮𝘶𝘤𝘩𝘰 𝘮𝘦𝘫𝘰𝘳

Kim se levantó después de que la alarma sonara, él siempre se levantaba antes o en el momento en que sonara, pero anoche se había acostado tarde

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Kim se levantó después de que la alarma sonara, él siempre se levantaba antes o en el momento en que sonara, pero anoche se había acostado tarde. Cuando abrió los ojos se encontró solo, ninguno de los dos estaba con él, y no le extraño, ya eran más de las diez de la mañana del sábado, pero sintió un nudo en el estómago, él quería levantarse y verlos allí, quería recibir abrazos y besos.

Podía parecer estúpido estar tan sentimental, no era propio de él, pero era uno de esos días post muerte de tu madre y recordar lo que sucedió... siempre sería doloroso, incluso para personas como él. A demás, cuando se durmió siendo abrazado por ambos se sintió en paz, sintió que pertenecía a ese lugar, se sintió la persona más cuidada y amada del planeta tierra, y siempre era así, por supuesto, pero justo en ese momento, él los necesitaba más, mucho más.

Bajó las escaleras, se escuchaba silencioso el segundo piso así que supuso que se habían marchado a sus obligaciones del día, o Wolfgang podía estar en el estudio principal ocupado en sus clases virtuales, Chay de pronto tuvo que ir de urgencia a la universidad a terminar algún proyecto... entonces, mientras divagaba el motivo de su horrible soledad terminó por bajar los peldaños, le llegó un aroma delicioso... a dulce tibio, realmente le agradaba... ¿Sería posible?

Rodeó hasta el salón y se acercó a la cocina, en sus labios comenzó a aparecer una sonrisa. Porchay estaba organizando la barra de la cocina con platos decorativos de navidad y un delicioso chocolate caliente en el centro con malvaviscos, Wolfgang estaba en la estufa preparando algo, ambos con delantales de copos de nieve, el corazón de Kim se calentó de nuevo rápidamente.

– Wolfi, nuestro oso dormilón ya despertó – dijo Chay limpiándose las manos con el delantal y rodeando la barra para ir hacia Kim – Buen día, bebé.

Kim sonrió ante el apelativo tan hermoso, es que todo en los labios de Chay y Wolf sonaba precioso, incluso los apodos cursis que a él no le gustaban. Rodeó la cintura de Chay.

– Hola – saludó – Pensé que no estaban...

Chay sonrió rodeando su cuello – Nos levantamos temprano porque queríamos hacerte un desayuno navideño, ¡es primero de diciembre! –

Kim de verdad no recordaba que Noviembre ya había acabado, tenía que recordar que su madre había muerto un 31 de noviembre... cerca a las fechas navideñas – Es cierto...

– Sip, ven – lo tomó de la mano y ambos caminaron a la barra.

Wolfgang estaba sirviendo los pancakes con avellanas y sirope. Se inclino para besar los labios de Kim, sabían a dulce.... Incluso suspiro, enamorado. Kim se sentó en un taburete mientras los veía revolotear por toda la cocina, nunca en la vida se había sentido así antes, quería llorar de alegría, ¿quién pensaría en hacerle un desayuno por navidad? ¿Por ser primero de diciembre? Ni siquiera eran tradiciones de su cultura o la de Wolfgang... pero Kim supo que las tradiciones las pueden hacer ellos mismos.

AMOR ES AMOR - KIMCHAYWOLFIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora