𝚇𝙻𝚅𝙸 𝙿𝚛𝚘𝚖𝚎𝚜𝚊

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aviso: leer con la canción... la letra tiene mucho que ver :_) 

𝚇𝙻𝚅𝙸 𝙿𝚛𝚘𝚖𝚎𝚜𝚊

𝘛𝘦 𝘲𝘶𝘪𝘦𝘳𝘰, 𝘵𝘦 𝘲𝘶𝘪𝘦𝘳𝘰, 𝘵𝘦 𝘲𝘶𝘪𝘦𝘳𝘰, 𝘵𝘦 𝘲𝘶𝘪𝘦𝘳𝘰...

Escuchó el suave sonido de su voz cantarina rozar su oido, le hizo cosquillas el pecho

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Escuchó el suave sonido de su voz cantarina rozar su oido, le hizo cosquillas el pecho. Agradecía a lo que fuera por despertar cada mañana y sentir esa calidez embriagante en todo su cuerpo por la voz suave de Chay o por la ronca y hermosa de Kim. Lentamente abrió los ojos sintiendo la almohada caliente debajo, la sábana de satín abrazando su cintura desnuda, la pierna de Kim en medio de las suyas y Chay ligeramente inclinando hacia él repartiendo besitos por toda su espalda.

– Que madrugador tu – susurró Wolfgang amagando una sonrisa ligeramente torcida.

Chay inhaló su aroma, le encantaba que fueran tan íntimos... él siempre quiso eso en una pareja, intimidad y confianza, como lo que pasó hace dos días con Kim y todo lo que hicieron los tres, eso había sido un voto de confianza enorme para Kim, verse vulnerable, atado, sin poder moverse... el solo recuerdo le trajo una sonrisa más grande.

– Es que es navidad – Chay escaló por su cuerpo sentándose encima de su culo – Y en navidad uno se levanta temprano para abrir los regalos.

Porchay se inclinó hacia adelante y golpeó un beso en su nuca, luego se tiró hacia un lado cayendo encima de Kim que igual estaba boca abajo todavía con los ojos cerrados y respirando acompasadamente.

– Phi, mi amor, despierta – ronroneó Chay en su oido y golpeó un beso en su mejilla – Es navidad.

Wolfgang vio a Kim sonreír y luego a abrir los ojos, ambos se encontraron. Un suspiro emocional brotó de la garganta, estaba tan feliz.

– Feliz navidad – musitó

Kim suspiró rodeando la cintura de Chay y tumbando cuidadosamente en medio de ambos.

– Feliz navidad – deseó atrayéndolos a ambos para abrazarlos

Wolfgang se sintió apachurrado entre los brazos de Kim y Chay.

– ¡Feliz navidad, amores! – cantó Chay tras una risita, de esas que sonaban como campanillas – Saber qué pasaré todas las próximas navidades así me hace muy feliz.

Wolfi suspiró, ¿era posible amar tanto a dos personas? Porque para él era imposible antes de conocerlos, antes de saber que en el mundo existían dos hombres que iban a amarlo de esa manera y él corresponder con la misma intensidad.

– Mm, vamos a destapar los regalos – propuso Chay

– Me parece bien – susurra Wolfi – Los podemos traer a la cama, bajaré por chocolate caliente.

AMOR ES AMOR - KIMCHAYWOLFIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora