51 » Burbuja

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Cuando el jet aterrizó, ya habían terminado, pero seguían desnudos y abrazados, la rubia en el regazo de su esposo. Ella tenía su cara escondida entre su cuello y hombro con sus ojos cerrados, disfrutando de los besos que el regaba desde su mejilla hasta su frente.

- Levántate, mi amor. -le pidió. - Vayamos a casa, aterrizamos hace como diez minutos. -dijo con algo de diversión.

Ella suspiró. - No quiero que salgamos de esta burbuja. -negó sin separarse de él. - Ya volveremos al trabajo, no tendremos tanto tiempo para nosotros y... No quiero. -negó.

- Así es la vida, mi amor, y aunque nos gustaría no podemos estar juntos todo el tiempo. -explicó acariciando su cabello con delicadeza. - Pero desde ahora estaremos juntos en la central, y aunque estaremos ocupados y a veces cada quien en lo suyo me tranquiliza saber que llegaremos juntos a casa y dormiré abrazado a ti como siempre.

Ella sonrió. - A mí también me gusta eso, Juggie.

- Lo sé, mi preciosa. -asintió. - ¿Quieres que te vista?

- Porfi. -asintió separándose de él y frotando su ojo derecho.

El sonrió y la tomó para dejarla en el sofá a ella sola, entonces el se levantó y se vistió, para al terminar comenzar a vestirla a ella.

Cuando ambos tenían su ropa ya puesta y estaban listos para bajar el la tomó de la mano y se inclinó a plantar un beso en su frente. - Vamos. -entrelazó sus manos.

Al bajar del jet, todos los trabajadores estaban justo frente a este, firmes en una fila uno junto al otro. Las dos azafatas que los acompañaron en el avión, el piloto y el copiloto y cuatro trabajadores más que estaban ahí para recibirlos. Junto a las ocho personas había un auto plateado estacionado.

Uno de ellos se acercó y le dio su mano al pelinegro y las estrecharon. - Buenos días, señores Jones, bienvenidos de nuevo.

Jughead hizo un asentimiento con su cabeza. - Muchas gracias. -respondió mientras guiaba a su esposa al auto y el hombre los seguía.

Les abrió la puerta y Betty entró, pero Jughead se quedó frente a él.

- Ya todo su equipaje está en el maletero, y el desayuno los espera en casa. -informó.

- Perfecto, buen trabajo.

- Hasta luego, señor Jones. -se despidió y cuando el nombrado subió al auto, el cerró la puerta.

El chófer, quién ya estaba en el asiento del conductor encendió el auto y tomó rumbo a la mansión Jones, a la cual llegaron veinte minutos después.

Al entrar fueron recibidos por sus empleados, y en la sala los interceptó la chef. - Buenos días, bienvenidos a casa, señor y señora Jones. -la mujer sonrió de manera amable. - El desayuno está listo, ¿Les gustaría que se sirva aquí adentro o frente a la piscina?

- Buenos días. -Betty le sonrió también. - Afuera estaría bien.

- Entendido, no tardaremos.

Los dos hombres que subieron su equipaje bajaron y volvieron a salir de la casa, entonces Jughead y Betty subieron hasta su habitación. La encontraron ordenada, limpia y sintieron un delicioso aroma a canela pero que no era muy fuerte.

Vieron las maletas en una esquina de la habitación y ambos caminaron dentro, Jughead entró al baño y Betty tomó su teléfono para dejarlo cargando en su mesita junto a la cama.

Se quitó los zapatos quedándose en medias y así salió de ahí y bajo dirigiéndose al patio trasero, donde vió a sus empleados terminando de arreglar el desayuno en una mesa redonda con sombrilla.

- Está listo, señora Jones. -dijo uno de ellos.

- Gracias. -la rubia les sonrió. Ellos se fueron y ella se sentó en una silla mirando el cielo. Apenas había amanecido media hora antes, por lo que el sol no estaba tan fuerte.

Ella amaba esa hora específica de la mañana, donde hacía frío pero no tanto, el aire era fresco y la brisa movía los árboles, el sol estaba pero no era tan fuerte... Era el clima perfecto para ella.

Cuando escucho la puerta corrediza que daba al patio trasero salió de sus pensamientos y miró a su esposo acercarse solo con sus pantalones, sin camisa y en medias como ella.

- Tardas mucho, Jones. -ella lo retó.

El sonrió. - No tarde ni cinco minutos, tu no me esperaste. -se sentó en la silla junto a ella.

Ambos comenzaron a desayunar en un silencio cómodo, mirando el cielo azul y el agua limpia de la piscina en total calma.

Al día siguiente, lunes para ser específica, ya su burbuja de tranquilidad se había roto, ahora estaban de vuelta en la ruidosa ciudad y con bastante trabajo en la central esperando por ellos.

- Pero si por fin aparecieron los mafiosos más irresponsables existentes. -se burló Toni quien estaba con su novia en la sala de descanso  de la central cuando la pareja entró.

Jughead rodeó sus ojos y Betty rió. El se sentó en un sofá de un solo lugar y su esposa en su pierna derecha.

- Y tú mientras tanto estás aquí... Haciendo nada. -el ojiazul respondió.

- No está "haciendo nada". -Cheryl intervino. - Me está dando amor.

- Mi isti dindi imir. -se burló Fangs entrando. - Pensé que era difícil soportar a estos dos. -señaló a Betty y a Jughead. - Pero ustedes son más babosas que ellos. -hizo una mueca.

- Hola Fangs, también te extrañé. -Betty dijo con sarcasmo.

- Ah si, hola. -le restó importancia recostándose a lo largo de todo un sofá grande, ocupandolo completo.

- Entonces... ¿Que hicieron estas semanas además de nada? -se burló Jughead.

Verónica quién justo entraba con Reggie a la sala escuchó la pregunta y se cruzó de brazos mirándolo indignada. - Nada más y nada menos que arreglar tus mierdas. -se quejó.

- ¿Que tanto pudieron hacer? -bufó Jughead.

- Matar a la directora de la CIA. -dijo Cheryl.

- Encargarnos de que pareciera solo un "asalto" y no vernos como sospechosos. -le siguió Toni.

- Estar desde aquí muy pendientes de ustedes dos porque resulta que salían por las hermosas calles de Francia y claro, debemos mantenerlos seguros. -Fangs continuó y rodeó sus ojos.

- Y no te olvides de preparar a un idiota a ser el nuevo director de la CIA sin que pueda traicionarnos. -dijo Sweet Pea que había llegado hacia unos segundos sin decir nada y estaba contra la pared con uno de sus pies recargado en ella mientras comía frituras de una bolsa.

- ¡Oye! -Brett frunció el ceño al entrar. - Creí que ya confiaban en mí. -bufó.

- Nadie confía en ti. -respondieron todos al unísono.
















Holi!

Espero que les guste. 💗

Criminal Love | Bughead | +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora