92 » Cansada

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En la noche la familia Jones volvió a la mansión, donde ya habían enviado nuevo personal de seguridad para ellos, además de que el equipo que estaba revisando cada rincón ya se había ido, asegurando que todo estaba normal.

Lo cierto es que ya era tarde, de hecho, los tres niños llegaron dormidos y por comida no se preocuparon luego de cenar en la central.

Betty fue la primera en entrar con Noah dormido en sus brazos, mientras que Jughead tomó a su hija más pequeña también en brazos y acarició el cabello del mayor.

- Ey, Liam, campeón. -lo despertó.

El abrió sus ojos. - ¿Papi?

- Bebé, no tengo problema con cargarlos a los dos, pero si lo intentaba te iba a despertar igual. -sonrió. - ¿Vamos? Te llevo a la cama.

El asintió y tomó la mano de su padre entonces juntos entraron. Primero dejó a Siena dormir en su cama y luego fue con el pequeño a su habitación.

Ya que estaba despierto aprovecho para cambiarle la ropa por su pijama, lo recostó y lo cubrió con la manta.

Beso su frente. - Descansa pequeño. Te amo.

El niño cerró sus ojos. - Te amo papi.

Sonrió, y luego de apagar su lámpara salió de ahí cerrando la puerta. Al ir a su habitación se dio cuenta de que ya su esposa estaba ahí, dentro del vestidor buscando algo.

- Juggie, ¿Donde están tus camisetas que yo uso? -se quejó.

El rió y la abrazó por detrás. - No se. -negó. Hizo su cabello a un lado y se inclinó para besar su cuello.

- ¡Jug! -se quejó separándose. - Tus camisetas. -insistió.

- Ay, bebé, no se, ya las usaste todas, deben estar en la cesta. -el también se quejó.

Betty suspiró y fue hasta la cesta, donde vio que habían varias, probablemente las cinco que su esposo tenía iguales desde hacía muchos años atrás, todas con tonos de gris y una S en medio.

- Tendré que usar otra. -abrió el placar del lado de su esposo, y mientras buscaba, el volvió a abrazarla y siguió regando besos por su cuello. - Esta será. -dijo y se separó.

- ¡Betty! -se quejó.

Ella volteo a mirarlo y enarcó una ceja. - ¿Que?

- ¿Por qué te vas y no me dejas besarte? -parecía un niño pequeño haciendo berrinche.

Ella sonrió y se acercó. - Lo siento. Estoy cansada y solo quiero ducharme para ir a dormir. -lo tomó del cuello. - ¿Te parece mañana? -preguntó divertida.

El suspiró pero asintió. - Está bien.

La rubia dejó un pico en sus labios y se metió al baño. Abrió la llave dejando el agua tibia y se metió debajo de esta con sus ojos cerrados.

Segundos después escuchó la puerta, y sin moverse o abrir sus ojos, habló. - ¿Que haces aquí?

- Ducharme. -la tomó de la cintura.

Ella sonrió pero no se movió. - ¿Y no podías esperar?

- No. -negó, volviendo a inclinarse para seguir haciendo lo que ella no le había dejado minutos antes, besar su cuello.

La rubia hizo a un lado su cabeza para darle más acceso. - Te dije que estoy cansada.

- Solamente te estoy besando. -el le susurró.

Betty se volteó y atrapó sus labios en un beso lento. - No te soporto.

El sonrió. - Tu me amas, preciosa.

- ¿Por qué me provocas? -le preguntó mirando sus labios y su cuerpo fornido.

El enarcó una ceja. - No estaba haciendo nada.

- Aja, si. -se apegó a él uniendo sus pechos y logrando sentir su miembro. - Si tanto lo quieres, entonces follame. -exigió.

El rió y la apegó a la puerta de vidrio. - Puedo jurar que no estaba intentando nada. -mordió el labio inferior de la rubia. - Pero si me vas a dejar follarte aquí mismo, entonces créeme, Elizabeth, que no tendrás quejas.

- Hazlo ahora. -susurró.

Jughead la tomó de los glúteos y la levantó apegándola al vidrio. Ya ahí, comenzó a besarla y luego sus besos descendieron por su cuello hasta sus pechos.

Metió uno en su boca, y mientras tanto ella bajó una mano y lo acarició, sintiendo que su miembro comenzaba a endurecerse.

- Jughead. -jadeó. - Apúrate.

- Espera un poco. -pidió en un susurro. Dejó de chupar su pecho y fue directamente al otro, mientras ella aún seguía acariciándolo.

Al terminar con su otro seno se separó y volvió a besarla, mientras lo hacía se acomodó para sostenerla mejor y poder guiar su erección a su centro húmedo, donde ella esperaba para recibirlo.

La penetró de una estocada y ambos jadearon contra los labios del otro, entonces el comenzó a embestir rápidamente.

- ¡Ah! -gimió. - Más, m-más- ah.

No podía decir las palabras completas. - ¿Más que? -el preguntó a su oído. - ¿Más duro, más rápido? ¿Más que, dime?

Ella gimió. - D-duro.

El lo hizo, la penetró cada vez más fuerte sin dejar de besar sus labios, o su cuello, o lo que pudiera mientras la sostenía contra el vidrio.

Cuando se corrieron el la soltó con cuidado y la abrazó contra él bajo el agua.

Ella solo se quedó contra su pecho, siendo consciente una vez más de lo pequeña que podia ser entre los brazos de su esposo.

- Tengo sueño. -ella susurró. - Hazlo tú, Juggie. -pidió en voz baja, refiriéndose a que el la duchara.

El besó su cabeza y le puso shampoo, luego de quitárselo con agua muy bien, enjabonó todo su cuerpo. El también se ducho rápidamente y los metió por última vez juntos bajo el agua antes de cerrar la llave.

Tomó la toalla de su esposa primero y la secó, luego le puso su bata de baño. - Espera que me seque.

El tomó la suya, y luego de secarse completo la enrrolló en su cintura y se acercó a su esposa para tomarla en sus brazos.

La llevó a la cama, la sentó ahí, tomó su crema hidratante y la regó por todo su cuerpo con mucha delicadeza, mientras ella bostezaba con los ojos ya casi cerrados del sueño.

Le quitó la bata, le puso sus bragas y la camiseta y luego buscó su cepillo para el cabello. Lo desenredó con cuidado y al terminar de peinarla la acostó.

- Ya vuelvo. -besó su frente y la arropó.

Luego de quitarse su toalla y ponerse solamente unos boxers fue a la cama con la rubia y la abrazó bajo las sábanas.

- Te amo. -le dijo al oído.

- Te amo. -ella respondió adormilada.





















Espero que les guste!

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Criminal Love | Bughead | +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora