Jughead recibió en la puerta el helado y los chocolates que pidió para su esposa. Desde que ella se fue molesta a la habitación no volvió a salir y seguía encerrada ahí luego de casi dos horas.
El decidió no insistir y darle su espacio, pero se arrepintió cuando se acercó y escuchó sus sollozos.
- Amor. -habló a través de la puerta. - Ábreme, por favor. -pidió con su frente contra la puerta.
- ¡Vete! -ella se quejó. - No te quiero ver. -confesó bajando la voz pero el igual la escuchó.
- Te traje helado, pero solo te daré si me abres. -el habló.
Hubo un pequeño silencio. - ¿De fresa? -ella cuestionó.
- Y tus chocolates favoritos. -agregó él.
Nadie dijo nada más, pero luego de un par de segundos la puerta de la habitación se abrió revelando a la rubia con lágrimas en su cara, sus ojos y nariz rojos de llorar.
El levantó su mano y limpió sus lágrimas. - No me gusta que llores. -murmuró.
- Entonces no seas tan idiota. -ella lo miró mal luego de quitarle la bolsa de las manos e irse a la cama.
El suspiró y entró tras ella, cerró la puerta y también fue hasta la cama, sentándose frente a ella.
- Amor... No quiero que pienses mal. -el negó. - No quiero que pienses que no te amo, que no quiero formar una familia contigo y tener muchos hijos corriendo por nuestra mansión. -sonrió de lado. - Pero no podemos. -negó con su cabeza.
- ¿Quién dice que no? -ella rodeó sus ojos. - Si podemos, pero tu no quieres. -lo señaló y comenzó a destapar el helado.
El inclinó su cabeza mirándola fijamente. - Si quiero. -volvió a repetir. - Pero es muy peligroso, y sabes que si. Amor, si me da temor dejarte a ti sola por mucho tiempo, imagínate si tuviéramos hijos, me volvería loco, de verdad. Si teniendo una vida "normal" tener hijos es difícil, en nuestras circunstancias es siete veces más difícil, ellos, además de ti o de mi se convertirían en un blanco, en algo que nuestros enemigos podrían usar para jodernos, y no podría soportar que algo le pase a la gente que amo, a mi familia, por mi culpa.
Ella miró sus manos. - Pero yo quiero. -murmuró. - No puedes privarme de eso. -se quejó tomando con su dedo un poco de helado porque no tenía una cuchara y lo metió entre sus labios.
- No puedo, pero insisto, no podríamos, no deberíamos. -explicó esperando que ella entendiera su punto.
- Jug, si podemos, simplemente debemos protegernos y protegerlos más. -se encogió de hombros. - Así como tienes guardias detrás de mí a diario y gente protegiéndote a ti, podríamos hacer con nuestros hijos, nada les pasaría.
El cubrió su cara con sus manos. - Me da miedo. -confesó sin mirarla. - No puedo, no me atrevo, realmente si algo les pasara yo no podría, y eso que estamos hablando de un bebé o bebés que aún no nacen. -soltó una risita nerviosa.
Ella sonrió de lado. - Si tu y yo estamos con ellos y los protegemos nada les pasará, te lo aseguro. -afirmó. - Primero tendrían que pasar sobre nosotros.
- Debo pensarlo. -murmuró mirando sus ojos. - No quiero traer al mundo a un hijo de ambos para que viva con miedo o para privarlo de tener al menos una infancia normal. -dijo con pesar. - Si tenemos hijos, quiero que sean muy felices.
Betty tomó su mano y las entrelazó dándole un leve apretón, pero no dijo nada más. Lo acercó a ella y besó sus labios.
Luego de un momento, se separo. - Piénsalo. -dejó su otra mano en la mejilla de su esposo con sus miradas conectadas. - Estamos hablando de una familia de ambos, un niño con tus ojos. -sonrió acariciando el cabello de su nuca. - Y una niña con mi cabello. -el también sonrió al escuchar eso. - Dos niños para que juegues fútbol con ellos en el jardín de nuestra mansión y para que juguemos a las escondidas, ¿Que te aparece eso?
El sonrió con ilusión. - Me parece un plan estupendo. -confesó. - Pero aún no logras convencerme. -dijo algo burlón.
Ella rodeó sus ojos con una sonrisa. - Te dejaré pensarlo bien, tú solo dime cuando decidas algo, ¿Si? -dijo ahora más seria de nuevo.
El asintió. - Está bien. Te amo.
- También te amo, Juggie. -sonrió y lo abrazó, entonces ambos se tiraron en la cama sin separarse.
Así estuvieron durante un largo rato abrazados en la cama comiendo los chocolates. Bueno, el le insistía para que le diera un poco pero ella se negaba diciendo siempre lo mismo, "no, son míos".
- Eres mala. -el se quejó escondido en su cuello. - Yo te los compré.
- ¿Por qué no compraste para ti también entonces?
- Porque pensé que mi esposa que me ama mucho querría darme un poco. -hizo un puchero mirándola.
Ella soltó una risa. - Manipulador. -entrecerró sus ojos. - Si vas por dos cucharas a la cocina te daré chocolate y helado también. -propuso.
- Trato. -el aceptó levantándose. - Ya vuelvo. -dijo saliendo de ahí rápidamente.
Ella rió al verlo salir emocionado, como siempre, la comida podía alegrarlo sin importar qué.
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Publico otro para que -titalo
también actualice 😇 JAJSJAJAJAProbablemente vuelva a actualizar mañana, espero que les guste. 💘
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Criminal Love | Bughead | +18
Fiksi Penggemar¿Que harías si por tu profesión y trabajo tu compañero te pide ayuda en uno de los casos más importanten en el que debes atrapar al mafioso más grande es Estados Unidos? El cual también... Es el amor de tu vida. Esa pregunta se hacía Elizabeth todos...