88 » Nubes

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Al día siguiente de nuevo todos juntos fueron a llevar a Liam a la escuela, pero solamente Jughead fue a buscarlo cuando salió.

Cuando el niño subió al auto deportivo, Jughead lo saludó mientras lo ayudaba a abrochar su cinturón.

- Pequeño, ¿Como te fue hoy?

- ¡Bien, papi! -exclamó.

- Mira, ahora mamá está con tus hermanos en casa, así que yo pensé que podemos organizarle un picnic en casa, junto a la piscina, ¿Que te parece?

- ¡Siii!

El rió. - Entonces vamos a casa, le compramos flores y comida para llevar, ¿Te gustaría sushi?

- ¡Si, si!

El volvió a reír. En el camino hizo una llamada a un restaurante que la rubia amaba para pedir que preparasen los sushis y así adelantar y llegar a casa lo más rápido posible.

- Mis amigos se llaman Joaquín, Elena, Ivanna, Oscar, Lisa, y... no me acuerdo de los otros.

Jughead rió. - ¿Y que hicieron hoy?

- Pinté en mi libro de nuevo, luego fuimos al descanso y comí con mis nuevos amigos, luego jugamos a las escondidas y luego la maestra nos letó una historia de una liebre.

- Entonces fue un buen día.

- Sip.

Llegaron a la floristería y Jughead entró de la mano de su hijo, le abrió la puerta y dejó que el niño entrara primero.

- Hola, buenas tardes. -saludó a la chica que atendía. - Quisiera... Un ramo de girasoles y tres rosas.

Ella asintió. - Claro, ¿De qué color quiere la envoltura de los girasoles?

- Blanco, y las rosas solo déjalas sueltas, por favor.

- Papi, ¿Rosas?

El asintió y acarició su cabello. - Si, pequeño, son para tu hermana.

El niño asintió y bajó su cabeza. Jughead lo notó pero no dijo nada.

Luego de que la chica le dio las flores y le pagó, volvió a salir con su hijo, pero vió que ya no estaba tan emocionado como antes por llevarle flores a su madre.

Cuando abrochó su cinturón, besó su frente. - ¿Te pasa algo, amor?

El negó. - No, papi.

El asintió y encendió el auto para ir hacia el restaurante por el sushi, y en todo el camino Liam estuvo en silencio, después de no poder parar de hablar cuando Jughead fue por el a la escuela.

Llegaron frente a las puertas del terreno de la mansión e inmediatamente, cuando el bajó el vidrio y dejó ver su cara le abrieron. Entró y estacionó frente a la puerta de la mansión.

- Ven, pequeño, ¿Me ayudas con las rosas?

El asintió. - Si papi.

Jughead tomó el ramo e incluso el bolso de su hijo, mientras él llevaba las rosas.

Cuando entraron, Betty estaba con sus otros dos hijos en el piso de la sala, sobre la alfombra jugando con unos juguetes.

Bueno, tenía a Noah dormido junto a ella en la carriola mientras jugaba con Siena.

- Holaa, ya volvimos. -saludó Jughead. - Y trajimos sushi para hacer un pequeño picnic en casa, ¿Que les parece?

Siena se levantó emocionada y Betty sonrió también al ver las flores.

- Para mi amada esposa. -le entregó el ramo.

Ella lo abrazo y besó sus labios. - Gracias, Juggie. -dijo al tomarlo con sus mejillas sonrojadas. - ¿Y esas?

- Siena, son tuyas. -Liam se acercó a la niña con las rosas.

Jughead negó separándose de Betty. - Oh, no no, pequeño. -negó y se las quitó. - Es que, tenía que ser sorpresa, ¿Sabes? Entonces, una es para ti. -le dio una rosa a Siena, quién la tomó sonriente. - Otra para el más pequeño. -la dejó sobre la carriola de Noah. - Y otra para mí chico mayor. -se la dió a Liam.

El lo miró sorprendido. - ¿Mía?

Jughead asintió. - Claro, campeón, ¿Creíste que te iba a dejar sin nada? Por supuesto que no, ni a ti ni a Noah.

El sonrió y la tomo. - ¡Gracias, papi! -se acercó a su madre. - Mami, ¿Me das una de esas donde pones las flores con agua?

- ¿La pondrás en tu cuarto? -Betty sonrió mirando a su hijo.

- ¡Si!

- Bien, entonces busquemos una para mis flores y también para sus rosas, ven. -lo tomó de la mano.

- Yo arreglaré nuestro picnic mientras tanto. -comunico el pelinegro. - Vamos, princesa, acompañame. -dijo tomándola en sus brazos y también la bolsa donde estaba el sushi.

Al rato, la familia completa estaba en el jardín trasero, tras la piscina. Jughead se había encargado de poner varias mantas en el césped, platos para su comida, una cesta para ambientar y una jarra con agua, otra con hielos, vasos y una limonada que su chef siempre les preparaba.

Sirvieron los sushis en cada plato, y luego de que Betty comió tomó a Noah, quién ya había despertado para darle de su pecho.

- ¿Entonces, que forma ves tú, pequeño? -le preguntó Jughead a Liam.

El levantó su mano señalando una nube, pues Jughead estaba tirado en la manta junto a sus dos niños mayores.

- Yo veo como... Como un mono, papi.

- ¡Monito! -exclamó Siena. - Nube. -señaló otra. - Perrito.

Jughead sonrió. - Entonces ven un mono y un perro, yo no sé ustedes... Pero yo en la de allá, -señaló. - veo un bebé.

- ¿Como Noah?

El asintió. - Aja, y justo al lado parece que tuviera un juguete en su mano.

- Es verdad papi, lo veo.

- ¿Y tú, Siena?

Ella asintió. - Bebé. -dijo cubriendo sus ojos ya que le pegaba el sol.

Jughead sonrió. - Princesa, si quieres ve con tu madre. -dijo ya que Betty estaba en la sombra con Noah. - Te pega el sol.

Ella asintió y se fue con la rubia mayor.

Mientras Liam le decía todas las formas que veía a su padre, el teléfono del mayor empezó a sonar.

- Hijo, ya vuelvo, dile a tu madre, ¿Si? Debo responder.

El solo asintió y continuó diciendole a la rubia, mientras Jughead tomó su teléfono y respondió alejándose, mirándolos a unos metros de distancia con una sonrisa.

- ¡Jughead! -era su mejor amiga y sonaba bastante preocupada. - ¡Bajen a los túneles de tu casa! ¡Ahora!

- ¿Que? -el comenzaba a asustarse al escucharla tan desesperada.

- ¡Es posible que haya una bomba en el terreno!























Holi

Chau


Criminal Love | Bughead | +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora