En la noche Betty despertó sola en la cama, pero vió a su esposo arreglando la ropa del clóset en la misma caja donde el le envió las cosas días antes.
- Juggie, ven. -le pidió en un murmuro adormilado, mirándolo desde la cama.
El se volteó a ella y se sentó en la orilla de la cama para quitarle el cabello de la cara. Se inclinó y plantó un tierno beso en su frente.
- Vamos a casa, mi amor. -le murmuró. - Volvamos a nuestro hogar.
Ella sonrió de lado acariciando la mano de él que estaba en su mejilla. - ¿Y pides pizza?
Jughead soltó una risita. - Claro. Ya recogí tus cosas.
Betty se sentó en la cama y dejó sus manos tras el cuello de su esposo acercándolo a sí misma para unir sus labios en un beso que enseguida subió de intensidad.
El rubio la tomó de la cintura y la tomó para dejarla en sus piernas, entonces ambos abrieron sus bocas dando paso a sus lenguas, y mientras ella hacía movimientos circulares sobre él, Jughead apretaba su cintura con fuerza.
Jughead se separó luego de unos minutos y se miraron con deseo, sabiendo que sus labios estaban sedientos por más besos desesperados.
- Aquí no. -murmuró él. - Vamos a casa. -repitió.
La rubia asintió y tomó una profunda respiración intentando extinguir las ganas que esos besos le dejaron, y se levantó.
Terminó de tomar sus últimas cosas y las dejó en su bolsa, al terminar salió a la sala y vió a su esposo en medio de esta hablando por teléfono.
- Saquen la caja y llévenla a mi casa por la mañana. -sonaba serio. - Si, John, en la madrugada. Que nadie los vea. -dijo obvio luego de rodear sus ojos. - Y mañana traigan a alguien a limpiar todo aquí al departamento. -pidió. - Bien, los veo mañana.
Con eso terminó y cortó la llamada, metiendo su celular de nuevo en el bolsillo trasero de su pantalón y vió a su esposa en la cocina bebiendo un vaso de agua.
- ¿Lista? -enarcó una ceja.
- Mhm. -ella asintió acercándose. - ¿Como vamos a salir? -preguntó.
- Ya los chicos están abajo pendientes del vigilante y en el estacionamiento del sótano nos están esperando con un auto. -le notificó. - Vamos. -entrelazó su mano con la de la rubia y abrió la puerta.
Juntos bajaron en el ascensor luego de marcar el botón que decía S1, es decir, Sotano 1. Al salir vieron al fondo un auto negro, y junto a este había un hombre de traje con sus manos detrás.
- Buenas noches, señores Jones, adelante. -permitió luego de abrir la puerta trasera. Ellos subieron, el hombre cerró la puerta y le dio vuelta al auto para subir al asiento del conductor.
- A casa, James. -pidió Jughead.
- Como diga, señor. -el asintió luego de encender el auto y ponerlo en marcha.
El rubio abrazó a su esposa contra él y besó su mejilla repetidas veces haciéndola reír. - Te amo. -le murmuró.
- Y yo a tí, Juggie. -ella también respondió en un murmuro.
El pelinegro entrelazó su mano izquierda con la rubia y con la otra tomó su celular, entró al chat de Otto, uno de los trabajadores de su casa y le dijo que pidiera pizza en un mensaje.
- No olvides decirle que la pida extra queso. -Betty le recordó, al leer el mensaje que el escribió.
El rió levemente y escribió exactamente eso.
Cuando llegaron a su casa, el mismo Otto les abrió la puerta trasera del auto y la primera en salir fue Betty.
- Bienvenida de vuelta, señorita Jones. -le dedicó una pequeña sonrisa.
Ella también le sonrió de manera amable. - Muchas gracias, Otto.
Jughead bajó tras ella y miró a Otto.
- La pizza llegará en unos minutos, señor Jones. -le notificó.
Este asintió. - Cuando llegue, pídele a Mariah que la sirva y nos llame, estaremos en nuestra habitación. -el asintió. - Gracias, Otto. -agradeció alejándose de él y entró con su esposa a la casa.
La rubia sonrió al entrar y ser recibida por ese exquisito aroma florarl y natural.
Ella amaba las flores, por lo qué, alrededor de toda la mansión tenía muchos floreros, siempre procuraba tener flores naturales y las cambiaba cuando comenzaban a marchitarse.
- ¡Cambiaste las flores, Juggie! -celebró acercándose a la mesa de centro que era lo primero que se veía en la entrada, la cuál tenía un florero alto y sobre esta una lámpara de la que colgaban diamantes.
Dio saltitos frente a la mesa mirando las flores de colores primaverales y de todo tipo.
El soltó una risita. - Las pedí especialmente para recibirte hoy. -dijo acercándose por detrás de ella y la abrazó por la cintura. - Vamos arriba. -le murmuró al oído.
La rubia sintió que una corriente eléctrica le recorrió la espalda y sintió un escalofrío por todo su cuerpo, entonces se separó de él y caminó hasta las escaleras para subir.
Cuando llegó arriba y abrió la puerta de su habitación dio saltitos de emoción en la puerta al ver el piso lleno de pétalos de rosas y otro ramo de rosas en la cama.
- ¡Te amo, Juggie! -exclamó abrazándolo y dio un saltito para que el la cargara en sus brazos.
Jughead rió y besó sus labios. - Eres una bebé.
- Es porque tu me malcrías. -sonrió ampliamente.
El rió y Betty se bajó de sus brazos acercándose a la cama para tomar el ramo con emoción.
Despues de un rato corto su pizza llegó, y se sentaron en unos sofás que tenían en la parte trasera de la mansión, en el jardín frente a la piscina para comer.
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Aquí su casa humilde:
La parte trasera de la casa y piscina:
Espero que les guste!
Bye... 💗
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Criminal Love | Bughead | +18
Fanfiction¿Que harías si por tu profesión y trabajo tu compañero te pide ayuda en uno de los casos más importanten en el que debes atrapar al mafioso más grande es Estados Unidos? El cual también... Es el amor de tu vida. Esa pregunta se hacía Elizabeth todos...