18 » Vamos a casa

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En la noche Betty despertó sola en la cama, pero vió a su esposo arreglando la ropa del clóset en la misma caja donde el le envió las cosas días antes.

- Juggie, ven. -le pidió en un murmuro adormilado, mirándolo desde la cama.

El se volteó a ella y se sentó en la orilla de la cama para quitarle el cabello de la cara. Se inclinó y plantó un tierno beso en su frente.

- Vamos a casa, mi amor. -le murmuró. - Volvamos a nuestro hogar.

Ella sonrió de lado acariciando la mano de él que estaba en su mejilla. - ¿Y pides pizza?

Jughead soltó una risita. - Claro. Ya recogí tus cosas.

Betty se sentó en la cama y dejó sus manos tras el cuello de su esposo acercándolo a sí misma para unir sus labios en un beso que enseguida subió de intensidad.

El rubio la tomó de la cintura y la tomó para dejarla en sus piernas, entonces ambos abrieron sus bocas dando paso a sus lenguas, y mientras ella hacía movimientos circulares sobre él, Jughead apretaba su cintura con fuerza.

Jughead se separó luego de unos minutos y se miraron con deseo, sabiendo que sus labios estaban sedientos por más besos desesperados.

- Aquí no. -murmuró él. - Vamos a casa. -repitió.

La rubia asintió y tomó una profunda respiración intentando extinguir las ganas que esos besos le dejaron, y se levantó.

Terminó de tomar sus últimas cosas y las dejó en su bolsa, al terminar salió a la sala y vió a su esposo en medio de esta hablando por teléfono.

- Saquen la caja y llévenla a mi casa por la mañana. -sonaba serio. - Si, John, en la madrugada. Que nadie los vea. -dijo obvio luego de rodear sus ojos. - Y mañana traigan a alguien a limpiar todo aquí al departamento. -pidió. - Bien, los veo mañana.

Con eso terminó y cortó la llamada, metiendo su celular de nuevo en el bolsillo trasero de su pantalón y vió a su esposa en la cocina bebiendo un vaso de agua.

- ¿Lista? -enarcó una ceja.

- Mhm. -ella asintió acercándose. - ¿Como vamos a salir? -preguntó.

- Ya los chicos están abajo pendientes del vigilante y en el estacionamiento del sótano nos están esperando con un auto. -le notificó. - Vamos. -entrelazó su mano con la de la rubia y abrió la puerta.

Juntos bajaron en el ascensor luego de marcar el botón que decía S1, es decir, Sotano 1. Al salir vieron al fondo un auto negro, y junto a este había un hombre de traje con sus manos detrás.

- Buenas noches, señores Jones, adelante. -permitió luego de abrir la puerta trasera. Ellos subieron, el hombre cerró la puerta y le dio vuelta al auto para subir al asiento del conductor.

- A casa, James. -pidió Jughead.

- Como diga, señor. -el asintió luego de encender el auto y ponerlo en marcha.

El rubio abrazó a su esposa contra él y besó su mejilla repetidas veces haciéndola reír. - Te amo. -le murmuró.

- Y yo a tí, Juggie. -ella también respondió en un murmuro.

El pelinegro entrelazó su mano izquierda con la rubia y con la otra tomó su celular, entró al chat de Otto, uno de los trabajadores de su casa y le dijo que pidiera pizza en un mensaje.

- No olvides decirle que la pida extra queso. -Betty le recordó, al leer el mensaje que el escribió.

El rió levemente y escribió exactamente eso.

Cuando llegaron a su casa, el mismo Otto les abrió la puerta trasera del auto y la primera en salir fue Betty.

- Bienvenida de vuelta, señorita Jones. -le dedicó una pequeña sonrisa.

Ella también le sonrió de manera amable. - Muchas gracias, Otto.

Jughead bajó tras ella y miró a Otto.

- La pizza llegará en unos minutos, señor Jones. -le notificó.

Este asintió. - Cuando llegue, pídele a Mariah que la sirva y nos llame, estaremos en nuestra habitación. -el asintió. - Gracias, Otto. -agradeció alejándose de él y entró con su esposa a la casa.

La rubia sonrió al entrar y ser recibida por ese exquisito aroma florarl y natural.

Ella amaba las flores, por lo qué, alrededor de toda la mansión tenía muchos floreros, siempre procuraba tener flores naturales y las cambiaba cuando comenzaban a marchitarse.

- ¡Cambiaste las flores, Juggie! -celebró acercándose a la mesa de centro que era lo primero que se veía en la entrada, la cuál tenía un florero alto y sobre esta una lámpara de la que colgaban diamantes.

Dio saltitos frente a la mesa mirando las flores de colores primaverales y de todo tipo.

El soltó una risita. - Las pedí especialmente para recibirte hoy. -dijo acercándose por detrás de ella y la abrazó por la cintura. - Vamos arriba. -le murmuró al oído.

La rubia sintió que una corriente eléctrica le recorrió la espalda y sintió un escalofrío por todo su cuerpo, entonces se separó de él y caminó hasta las escaleras para subir.

Cuando llegó arriba y abrió la puerta de su habitación dio saltitos de emoción en la puerta al ver el piso lleno de pétalos de rosas y otro ramo de rosas en la cama.

- ¡Te amo, Juggie! -exclamó abrazándolo y dio un saltito para que el la cargara en sus brazos.

Jughead rió y besó sus labios. - Eres una bebé.

- Es porque tu me malcrías. -sonrió ampliamente.

El rió y Betty se bajó de sus brazos acercándose a la cama para tomar el ramo con emoción.

Despues de un rato corto su pizza llegó, y se sentaron en unos sofás que tenían en la parte trasera de la mansión, en el jardín frente a la piscina para comer.






















Aquí su casa humilde:

La parte trasera de la casa y piscina:

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La parte trasera de la casa y piscina:

La parte trasera de la casa y piscina:

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Espero que les guste!

Bye... 💗

Criminal Love | Bughead | +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora