Para la celebración de Año Nuevo, se encontraron obligados a conducir por un rato hasta la civilización en busca de una licorería. Compraron la champaña que habían pactado para el brindis. Colin también eligió dos botellas de vino tinto. Animó a Emma a comprar decoración de una tienda de enfrente. El pueblo rebozaba de entusiasmo por la celebración de Nochevieja. Había bares con pancartas que invitaban a sus respectivas fiestas. Tardaron un rato en la licorería por la cantidad de clientes que había. Los estantes de decoración estaban casi vacíos en la tienda. Todo el pueblo estaba contagiado por el espíritu célebre.
De regreso a la cabaña, Emma colgó banderines dorados en el comedor y colocó serpentinas plateadas en la isla de la cocina, en la mesa del comedor y en la sala de estar, mientras Colin cocinaba canelones de pollo. Ella estaba medianamente emocionada. Era su primera Nochevieja al lado de Colin, eso le hacía feliz, pero todavía no se recuperaba del cansancio emocional. Todavía no se recuperaba de nada.
Más tarde, se bañaron y se prepararon para cenar. Sucede que celebrar Año Nuevo nunca estuvo en los planes de Colin cuando empacó por los dos. Emma se vistió con un suéter de hilos blanco y un pantalón tipo capri también blanco, se hubiese puesto un vestido en otras circunstancias, pero era lo que había, sin embargo, encontró su labial color cherry en el fondo de su mochila. Cuando salió del baño después de usar el espejo para pintarse los labios, Colin se quedó completamente fascinado. Emma se tiñó de rojo como todavía lo hacía cuando él la miraba como si fuese la octava maravilla.
—¿Qué? —colocó su cabello detrás de su oreja derecha y siguió su camino, con la cabeza agacha, hasta su mochila donde guardó el labial cherry.
—Que eres preciosa y eres mi esposa —dijo sin aliento.
Emma se limitó a sonreír. Cuando se irguió después de cerrar su mochila, guardó la estrellita de su collar dentro de su suéter. La atesoraba.
Colin se quedó mirando cómo ella era ella. Cómo se volvía a peinar su cabello suelto, aunque se encontrara perfecto, y cómo se agarraba del borde del pantalón para estirarlo hacia arriba y acomodarlo en su maravilloso cuerpo.
—Te amo fuerte —dijo él.
Emma giró a verlo.
—Yo te amo fuertemente bien.
Él sonrió y siguió poniéndose su hoodie marrón nada elegante para la ocasión.
∞
Cenaron cerca de las ocho y se sentaron a conversar en el sofá a las diez. De fondo sonaba un disco de vinilo de Phil Collins, que escogieron entre las múltiples opciones que encontraron junto al tocadiscos. Emma recostó su mentón en el borde del respaldo del sofá mientras lo escuchaba contar historias de los Años Nuevos que recordaba haber pasado feliz, un punto de la noche bastante extraño teniendo en cuenta que el cerebro de él estaba manchado y tendía a recordar sufrimientos antes que momentos cálidos cuando se trataba de toda su vida antes de ella. Emma se dio cuenta que, por mucho que conociera a su esposo, todavía no terminaba de conocer todas esas historias, y, luego de haber estado tres días seguidos deseando morir porque no soportaba el dolor de ser humana, se dio cuenta que no deseaba morir sin escuchar cada una de esas historias.
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El Renacer de Emma© #4
RomanceNunca se trató de curar la herida, sino de aprender a vivir con ella, de amigarse con ella. Y Emma estaba lista para intentarlo una y otra vez, hasta alcanzarlo. Libro #1 Al Estilo Emma Libro #2 El Novio de Emma Libro #3 Las Cenizas de Emma Libro...