58: Nochebuena

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Colin terminó de encender la vela aromática de chocolate cuando la brillantez de Emma se coló en su campo visual

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Colin terminó de encender la vela aromática de chocolate cuando la brillantez de Emma se coló en su campo visual. Desde que amaneció, había necesitado recordarse constantemente que esa mujer era su esposa porque una parte de él no podía creérselo en aquel día de Nochebuena. Ordenar el jamón glaseado, preparar el puré de papas con ensalada de espárragos juntos, y observarla preparar budín había sido una experiencia religiosa. Ella era su adoración.

Bajó la vela sobre la mesita de la sala sin apartar su mirada de Emma. Emma levantó un poco de su falda cuadrillé marrón y posó con una pierna ligeramente flexionada para enseñarle su pie descalzo (y seducirlo). Colin se tapó la cara con una mano en medio de una carcajada. Emma lucía impecable con su jersey cuello alto blanco, su falda a cuadrillé y unas pantimedias negras semitransparentes... y unos calcetines negros antideslizantes. La moda al estilo Oschner.

—Califícame —pidió ella en la misma pose.

—Siempre eres un infinito de diez —rodeó la mesita para llegar hasta ella. Sujetó con decisión la cintura de su esposa y le plantó un beso en los labios recién pintados con un labial rojo cherry.

Emma soltó un gemido en medio del beso, y se apartó.

—Te gusta el labial de tu esposita, ¿eh? —caminó a un lado, acomodándose el listón rojo que adornaba su media cola de caballo.

—Me gusta la boca de mi esposita —se frotó el costado del cuello, mirando, desde atrás, las piernas de ella avanzando hacia Estela.

Las pupilas de Colin se dilataron mientras la observaba siendo ella (le estaba acomodando el listón a Estela, alrededor de su cuello, que era del mismo color que el de ella). Le fascinaba, y podía olerla desde la distancia, su siempre perfume cítrico que activaba las hormonas de él.

—Muy bien. —Emma colocó sus manos en su cintura, mirando a Colin—. Si todo está listo, podemos tomarnos nuestra foto familiar.

—Claro —se sacudió su camisa roja de leñador, solo por hacer algo con sus manos inquietas, luego acomodó su celular en la mesita, a modo de poder tomarse una foto familiar en el sofá.

—Digan ¡miau! —exclamó Emma.

Estaban sentados en el sofá, y él la rodeaba del abdomen con un brazo, la panza abultada de ella encajaba perfectamente en la mano de él. Estela miraba hacia la cámara, desde el regazo de Emma.

—Miaaau —dijo Colin, y sonrió.

La cámara capturó varias poses, entre ellas, una en la que se estaban besando en los labios, otra en la que estaban besando a Estela al mismo tiempo, otra en la que se estaban riendo fuerte cuando Estela intentó escapar de ellos después de haber recibido el beso.

Inmediatamente después de la sesión de fotos, se sentaron acurrucados entre sí para mirarlas en la pantalla del celular de él. Emma decidió compartir una en la que se veían normales y sonriendo, escribió: «La familia Oschner les desea una maravillosa Nochebuena». Por otro lado, Colin le había mandado a Mercy las fotos donde estaban besando a Estela, y riendo.

El Renacer de Emma© #4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora