Salúdame a Daniela.

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De regreso a mi amada Francia.

El viaje estuvo de maravilla, me ayudó muchísimo para recargar energías, pero sobre todo me dio el valor para terminar lo que empecé.



Pov Calle.

Estaba rumbo a encontrarme con Madelaine en nuestro restaurante favorito, hablé con ella y le pedí que porfavor no se fuera de mi vida, le dije que la quiero cerca y más en esta nueva etapa de mi vida. Ella me dijo que debíamos hablar antes de volver a retomar nuestra amistad y yo acepté.

¿No les pasa que cuando están enamorados todas las letras de las canciones de amor les hace pensar en su persona especial? Porque a mí sí, de hecho mientras manejaba iba escuchando la canción de Enrique Iglesias y Juan Luis guerra, yo sé que ya saben de cuál estoy hablando y pues que puedo decir, solo pienso en su carita toda hermosa.

Entre al restaurante y la vi a ella en una de las mesas tomando agua con gas, ella alzó su mirada, me sonrió y me llamo haciendo un gesto con la mano.

-Bonjour, Madelaine-la saludé con un beso en cada una de sus mejillas.

-Bonjour, Dani, ¿Cómo estás?...por esa sonrisita y ese brillo que veo en tus ojos me imagino que más que bien.

-Sí, de hecho...me acabo de casar con Poche-le dije más que emocionada y ella sonrió.

-No sabés lo feliz que soy al saber que tú lo eres, Poche es una chica maravillosa y estoy segura de que te hará muy feliz-ella me dijo y yo asentí.

-Madelaine, tú eres una persona muy especial para mí y perdoname si el otro día me comporte como una idiota, sé que quizá te pido demasiado al pedirte que seas mi amiga, pero no me gustaría perderte. Hablé con Poche y ella comprendió que el amor que sentía por ti se transformó en una amistad muy linda-le dije torpemente, no sabía cuáles eran las palabras correctas que debía usar.

Ella tomo mi mano sobre la mesa y me sonrió.

-Estoy de acuerdo contigo. Nuestro amor se transformó en una linda amistad. Cómo te dije la vez pasada yo he cambiado y ahora soy una mujer diferente, de hecho estoy empezando a salir con alguien.

Me sorprendió que me dijera eso, pero me daba mucho gusto que haya conocido a alguien.

-¿Quién es? ¿Cómo se llama? ¿Dónde la conociste?-le pregunté.

-Oh lá lá, alto ahí Mademoiselle detective-ella sonrió y sus mejillas se tornaron rojizas-es una chica, su nombre es Vanessa, es más pequeña que yo, de tez morena, cabello ondulado y muy hermosa. Es mi profesora en la escuela de manejo de armas y pues pasamos tanto tiempo juntas que ya no estaba tan segura si iba a la academia por aprender a disparar o en realidad por verla a ella.

-¡Wo Wo Wo! Arrêt (detente), ¿Dijiste aprender a disparar un arma?, en que estás metida Madelaine, no quiero que te metas en cosas que te pongan en peligro y...

-Escúchame, si me metí en esa academia fue por ti, para protegerte.

-¿Para protegerme?-le pregunté algo intranquila.

-Sí, mi ex esposo estuvo aliado con Mario para hacerte daño, porque te odia, porque él no puede asimilar que nunca lo ame y que me divorcie para recuperarte. Así que si me aleje todo este tiempo de ti fue por eso, porque no quiero que él te lastime, no lo soportaría y además al saber manejar un arma puedo protegerte, porque créeme Daniela no dejaría que ese imbécil te haga daño-ella me dijo y ate todos los cabos sueltos que estaban en mi cabeza.

-Tu ex esposo es la persona que le ayudo a Mario para que me golpearan y además fue gracias a ese imbécil que el estúpido de Mario logro salvarse de prisión-comence a sentir mi sangre hervir.

Cóseme Donde viven las historias. Descúbrelo ahora