Muñecas

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Sólo tienes que limpiar y salir.

Los estantes están llenos de muñecas,
hay enfermeras, maestras, cocineras y más.
Parece que todas miran en tu dirección,
te recorren escalofríos pero
no le das importancia.

Tomas una por curiosidad,
los detalles son hermosos,
la porcelana es suave como la piel,
su ropa está hecha a la medida,
las pestañas, cejas y cabello son realistas,
su boca parece húmeda y su cuerpo tibio.

La regresas a su lugar, 
porque el propietario fue específico en que no las tocaras.
Acomodas lo mejor posible, pero no puedes borrar el rastro de tus dedos.
La puerta se abre con un estruendo y giras asustada para mirar al dueño.

Él te regresa una sonrisa, no es dulce, más bien macabra.

Abres la boca pero todas las muñecas se abalanzan para sujetarte y ahogar tus gritos.
El fabricante de muñecas se acerca y sientes como tu corazón deja de latir,
tus extremidades se vuelven rígidas y todo te parece cada vez más grande.

Ahora agrega una más a su colección.

Una sirvienta.

Jugará contigo algunas veces pero sí lo desobedeces te quemará viva.

Con el tiempo aprendes a amarlo y a esperar su atención.
Todos aguardan juntas con ansias a la siguiente víctima.

Quieres que también esté encerrada como tú.

Un paseo por lo macabroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora