Tripofobia

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Comenzó con una punzada en el estómago.
Después el dolor se fue incrementando como si el veneno se esparciera por sus venas.

La saliva se hizó metálica y se dobló sobre su estómago para vacear su contenido.

Primero la cena del día anterior junto con los jugos gástricos, después sus intestinos, le siguió el páncreas y el hígado.

Los pulmones no se quedaron atrás y por último el corazón.

"¿Cómo es que sigo vivo?"

Sus dedos temblorosos se levantaron a la altura de su rostro, sacudiendo el temor desde los sitios más arraigados.

Se podía ver a través de él.

Miles de agujeros atravesaban su piel, parecido a un panal de abejas.

Una cáscara vacía con conciencia.

Huecos y más huecos, podías meter un lápiz y sacarlo a la perfección del otro lado.

Nada de huesos, ni venas, no había carne, solo una fina piel que separaba los orificios.

"¿Qué es lo que soy ahora?"

Un paseo por lo macabroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora