Estaban cinco amigos acampando en el bosque de los susurros, donde el viento grita advertencias a todo aquel que se atreve a entrar.
Dormían pacíficos, hasta que las ramitas rompiéndose los pusieron alerta, con el sonido llegó el aliento gélido de la bestia, colándose hasta los huesos y poniendo nervios de punta.
El grito de terror los hizo correr, el más joven tropieza rompiéndose la pierna, pero no regresan por el compañero caído, todos buscan una forma de salir vivos.
La oscuridad se traga a lo que los intenta cazar, pero sus ojos rojos brillan en la oscuridad y el golpeteo de la baba contra el piso los persigue a donde van, pegados a ellos como una sombra.
Caen todos juntos a una cueva, en la salida se posiciona la bestia esperando con paciencia, en algún momento tendrán que salir, a menos que quieran morir entre esas piedras, el agua se filtra a través de las paredes y el sonido que hace al caer está volviendólos locos.
Afuera la criatura aúlla y grita sin descanso, recordándoles su presencia y el destino que están alargando.
Podrían salir si escalan por el agujero en el que cayeron, pero necesitarían una distracción para entretener a la bestia.
Tres se ponen de acuerdo y lanzan a sus fauces al más lento, sus gritos de dolor los acompañan mientras intentan en vano escalar.
Las uñas se rompen y los dedos sangran, es imposible aferrarse a la superficie mojada, todos se empujan contra todos tratando de salir primero.
La bestia alcanza a otros dos.
El último hace uso de toda su fuerza para salir, respira a grandes bocados el aire para llenar sus pulmones.
Corre y corre sin saber a dónde dirigirse, la neblina sigue a la bestia y cubre el camino, el chico sin saberlo cae por un barranco por la locura y la falta de vista.
Les diré un secreto del bosque, la bestia no existe, son un montón de espíritus vengativos que toman formas para volver locos a las personas y dejar salir lo peor de ellos.
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Un paseo por lo macabro
RandomPequeños relatos hechos para devorarte... Quiero decir atraparte