El vapor del tren se pierde en la inmensidad mientras nos dirigimos a la siguiente parada.
-¿Acaso no es divertido conocer el destino de las almas?
-No, da miedo.
-¡Bu!, aburridos.
El infierno es divertido hasta que terminas envuelto en una maldición, pero el siguiente destino llega a ser asfixiante.
La oscuridad nos traga, el vacío se vuelve asfixiante como una noche de neblina.
Las luces se encienden mientras la temperatura se congela en un punto medio, el vello se eriza y las voces al exterior incrementan al llegar a la parada.
-¿Dónde estamos?
-Exelente pregunta, no lo sé.
-¡¿Qué?!
-Era una broma, reírse no le hace daño a nadie ¿Sabían? Bueno, al menos si no ríes hasta morir.
Las vías crujen dejando salir un sonido estridente que es necesario taparse los oídos.
-¿Soy la única que piensa que una aceitadita no les vendría mal?
Montones de personas translúcidas se amontonan en las entradas a los vagones con la esperanza de poder partir, miran con recelo el interior.
Algunos tratarán de marcharse por la fuerza.
-Bienvenidos al purgatorio, destino de las almas que no merecen el infierno pero no completaron el proceso para ascender al cielo.
Cada quién deberá de sostener una linterna y no sucumbir al sentimiento de incertidumbre.
El limbo es engañoso y desesperante incluso para nosotros los vivos.
-¡Nuestros boletos están cambiando!
Lo que antes era un insignificante pedazo de papel se ha transformado en una placa de metal con bordes afilados.
-Si sienten que están perdiendo el sentido de su propia mente, les sugiero que se aferren con fuerza a su boleto.
El dolor te mantendrá a salvo.
No lo pierdas, no dejes que las almas te lo roben, no lo cedas a alguien más, no te separes sino quieres vagar por la eternidad.
-Por seguridad todos estarán amarrados, suena loco pero me lo agradecerán después.
Conforme se avanza la niebla se transforma en garras, se llevan el sentido y la cordura, te envuelve en dudas y sentimientos desesperados.
Las almas se amontonan llamadas por la luz, extienden sus manos tratando de capturarlas.
No quieren estar aquí, no desean seguir vagando por la eternidad.
El silbido del tren rompe la burbuja, llamando la atención de todos.
-Es hora de volver.
-Pero si sólo han pasado 5 minutos.
-Ejem, llevamos aquí 3 horas, el tiempo es diferente para todos aquí, así que es mejor irnos antes de que nos quedemos atrapados por siempre.
-Eso no es posible, ¿O sí?
-No quieres averiguarlo.
El camino de regreso es transitado, las almas se desesperan e intentan con todas sus fuerzas arrebatar los boletos del tren.
Algunas rasguñan, otras muerden y uno que otro intenta hacer tratos.
La luz de las lámparas se incrementa para alejarlas mientras uno a uno los pasajeros abordan.
-¿Acaso no es divertido?
-¡No!
-Llorones.
Las vías rechinan y comenzamos a abandonar el lugar, quedan atrás los gritos de desesperación.
Seguirán vagando perdidos en la incertidumbre por la eternidad.
En fin, ese no es mi problema.
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Un paseo por lo macabro
De TodoPequeños relatos hechos para devorarte... Quiero decir atraparte
